viernes, 1 de septiembre de 2017


visiones de cambio en las ciencias sociales, 

abrir las ciencias sociales (con base en un cuestionario de la enes Morelia)


1 Panorama Ciencias Sociales (preguntas 1, 2 ).

El problema real mayor a nivel social que tenemos que confrontar es que junto con el dominio de la ideología neoliberal se ha impuesto a nivel social de sociedad política y medios de comunicación el componente de su interpretación de lo social, que incluye la reducción de esto a una mera elección racional de opciones en cada situación de vida, con lo que el hombre queda a su vez reducido a homo economicus, siempre buscando simplemente mayor satisfacción siempre incrementada en cada caso, y entendida la sociedad como una mera agregación de individuos así definidos. Que además implícitamente enuncia la no necesidad de una reflexión sobre lo social por considerarse algo evidente “que todo mundo aprende por experiencia”, banal, o en palabras de los científicos de las ciencias duras (es mejor la expresión del estudio de los fenómenos no intencionales), “trivial”. Lo que se considera como el único conocimiento importante de lo “social” son las meras técnicas de control y manipulación porque se considera que ese sí es conocimiento “efectivo”, que tiene aplicación en lo real. Pero además campea, domina una idea de que ya no es necesario saber más sobre “nosotros”, sólo en todo caso como el otro, y sólo como extensión de las teorías y saberes ya conocidos. Contra eso, aunque de manera marginal, contestataria y como resistencia, también han surgido ideas y propuestas en las que se enfatiza el escuchar al otro, incluir al otro, y/o, que el centro de la actividad de las ciencias sociales no es la idea de guerra/política de dominar/conducir al otro, sino el construir al nosotros. Como dijera Edgar Morin en 1972, y lo repiten los discursos actuales sudamericanos del Buen Vivir, “no se trata de sustituir sino de integrar y superar”. El primero es un conocimiento dirigido a constatar lo que ocurre (igual que las ideas sobre el acontecer de las ciencias no intencionales), mientras el segundo es un conocimiento que busca conocer las posibilidades como lo señala Boaventura de Souza.

Con lo que Foucault describía como la fuerza definitoria de los discursos, con la fuerza de las formas (vis formae) de la que hablaba Pierre Bourdieu, con los procesos de reproducción vía la educación formal e informal, ahora sobre todo manejada desde los medios de comunicación en la función metafórica, utópica (aspiracional en la versión de la nueva sociedad neoliberal) y ejemplar de la “sociedad del espectáculo” (que es quien realmente “educa”, forma los horizontes intelectuales, establece los contenidos, elementos y mecánicas de los imaginarios,  y enseña con el ejemplo las formas de desenvolverse y obtener satisfacciones (tener éxito), ver Guy Debord); finalmente las personas reales a su vez van también reduciendo su visión de mundo a estos marcos ideales, con todas sus consecuencias. Se trata de que por un lado podemos describir plenamente como se desplazan las ciencias sociales, sobre todo las generadas y practicadas en instancias universitarias e intelectuales, perdiendo todo espacio en lugares claves como las decisiones y proyecciones de la sociedad política y en la formación e información de las opciones, interpretaciones y acciones de la sociedad civil; pero al mismo tiempo, lo que ciertamente ocurre es que se da una sobrerrepresentación, una hegemonía total de un discurso de conocimiento social reducido e hipertrofiado, que le resulta utilizable, como instrumento de dominación y control y de legitimación, a los poderes fácticos, políticos, y a sus operadores. Tanto discurso legitimador y práctico desde la práctica de la política y los poderes estatales y fácticos como discurso formador y autolegitimador de los individuos, siendo esto parte de los que Anthony Giddens explica como secuestro de la experiencia. Esto explica esta situación que estamos viviendo en donde se llega a afirmar que un político “no entiende que no entiende”.

No es que las ciencias sociales desaparezcan del todo, sino que son reducidas a sus elementos de control, manipulación y legitimación, que son producidos y operados por instancias cada vez más controladas por estos mismos poderes. La economía es el caso más extremo donde lo que sería la ciencia de la supervivencia doméstica (oikos-casa, ahora lo extrapolamos en la conciencia planetaria a planeta), la producción de satisfactores, se reduce en realidad a crematística, conocimiento necesario para la ganancia o enriquecimiento. Por eso no se puede pensar en una economía estable, sino en una economía siempre en crecimiento; reducida a la crematística, sólo puede medirse en términos de crecimiento (Producto Interno Bruto) y no de satisfacción de necesidades y estabilidad o sustentabilidad, en términos de mercado y no de bienestar; aunque en el discurso se le disfrace y eso permita que la gente se trague la piedra de la contradicción denunciada por los ecologistas de la necesidad de crecimiento infinito en un planeta finito, y lo que Jean Baudrillard denunciaba a su vez como la trampa de la producción: sólo pensamos en nosotros mismos en tanto que seamos productores de valor. Esto último permite que se de el efecto “campo de concentración” descrito por Hannah Arendt, en donde se convence a la persona para que ella misma piense que es innecesaria y descartable para el sistema y su entorno social. Además de que impone una forma de pensamiento racional (y científico) que sólo considera de manera independiente y unitaria una sola lógica, sin relación con su interdependencia con la multiplicidad de elementos, sujetos y lógicas con que se presenta cada fenómeno en la experiencia real.

            En esta lógica además, se considera que todos los aspectos discursivos y reflexivos, que son el corazón de las ciencias sociales (la sociedad que se conoce a sí misma), son innecesarios. Por ello, dado que lo que importa es planificar, manipular y controlar ( y no conocer-se), todo parece reducirse a operaciones que incluso pueden “modelarse” (de hecho la modelación y reducción de todo a algoritmos y operaciones matemáticas se presenta como el avance científico por excelencia); se considera que basta con los conocimientos de las consideradas ciencias “duras” (“no intencionales”) y eso se ha reflejado en el mercado y campo laboral con la ideología de que “los mejores administradores” son los ingenieros. Esto se convierte en una profecía autoverificada cuando reduces la acción política y social a pura “ingeniería social” (y sobre todo se le quita valor a la historia y la sicología como formas de conocimiento y explicación). Con esto se pierde y hasta se considera subversivo, inútil y riesgoso el necesario cuestionamiento sobre los sujetos o actores sociales, dado que ya el modelo ideológico supone no la acción de los sujetos (diversos y plurales) constitutivos de la sociedad, sino su control y dominación por parte de un grupo constituido como el sujeto por excelencia (un sujeto virtual), que de manera tautológica por la vía del control discurisvo se legitima ante sí y el resto de la sociedad por el manejo de este tipo de técnicas y conocimiento que el poder político/militar/empresarial (el gobierno secreto del que habla Norberto Bobbio, los acuerdos por encima y atrás de las elecciones) han instituido como el mejor, más avanzado y eficaz. Ese el núcleo duro del poder tecnocrático, que social y políticamente implica la fusión de la burocracia política, con los técnicos y los financieros. Consideran además, está implícito, en la ideología neoliberal que el poder no necesita conocer la realidad porque el poder manipula y reformula la realidad. “Sólo es necesario saber que queremos y como obtenerlo”, expresó alguna vez un asesor del entonces Secretario de Defensa de EU y ejecutivo de trasnacionales, Dick Cheney. El riesgo mayor es que con el paso de las décadas se pueda llegar a situaciones en donde por ignorancia de conocimientos que se tenían no se puedan prever consecuencias graves, no se vean alternativas o no se puedan tomar acciones adecuadas frente a hechos, por ejemplo, como las catástrofes climáticas puntuales (por ejemplo la crisis del Huracán Katrina), y las catástrofes globales progresivas producto de la contaminación, cambio climático, pérdida de tierras laborables, acuíferos, etc. En esta negación a la reflexión se incluye la lógica de la “liberación” de toda acción con sentido crematístico de la consciencia de sus consecuencias. En parte es la idea que instaura la exclusión como lógica social dominante: ya no es responsabilidad del sistema social, político, cultural y económico el integrar a toda la población y regiones dentro de él; sino que cada quien y cada región tienen que hacer por sí mismos lo necesario para hacerlo o quedar fuera. Es el paso de la condición de marginalidad al de exclusión.

Para entender esto hay que tener claro que el desarrollo de las disciplinas científicas no se da de una manera recta y acumulativa ni bajo un sólo tronco o línea general. Lo que nos abre también la posibilidad de que desaparezcan componentes y líneas enteras de conocimiento social, y que técnicas o disciplinas particulares se sobredimensionen (el caso de la crematística abarcando todo el campo de la economía).

Esta perspectiva de comprensión del proceso histórico de los conocimientos, nos permite entender que en el panorama actual, al mismo tiempo, aunque de manera sometida, contestataria, alternativa, marginal, etc. existe un vigoroso impulso de nuevas lecturas de lo social y la propia práctica y sentido de la ciencia que con un enfoque reflexivo sobre las propias disciplinas, sus formas de practicarse y sobre los procesos sociales, y sobre los sujetos sociales mismos, que están generando nuevas perspectivas renovadoras. De manera equivalente, estas perspectivas que coinciden en la apertura a la visibilidad de las diferencias entre sectores y actores sociales, al contrario del discurso descrito arriba; justamente reconocen la posibilidad de diversidad de discursos o enunciados sobre la realidad o incluso la propia diversidad de realidades (multiverso contra universo); y además no justifican (menos legitiman) ni se justifican a sí mismas, ni como discurso superior y/o central (nueva metafísica) cuya propiedad o uso legitime igualmente una centralidad o superioridad, un poder o una legitimidad de poder. De hecho se reconocen como versiones, alternativas e interpretaciones variables desde perspectivas y relaciones variables con sujetos sociales específicos. En este sentido, como ha afirmado fuertemente Humberto Maturana, incluso en varias versiones se acepta la idea de una epistemología basada en la idea de una ontología relativa o débil contra la idea de una posibilidad de una epistemología de una ontología única, fuerte, indiscutible. Esto va además intrínsecamente vinculado con la percepción de la naturaleza de la voluntad de la enunciación: una enunciación autoritaria que busca la imposición del argumento; o una enunciación que busca indagar, explorar, entender, aprender más, sin preocuparse antes por la jerarquización que se establece en el intercambio. Y esto, por supuesto, supone entonces la discusión y autodiscusión o consideración sobre la naturaleza de los sujetos, que ya no son vistos como entes terminados preconstituidos, sino como entidades abiertas en un proceso del cual el intercambio argumental forma parte. No se trata entonces de conocer para manipular, sino de entender para desarrollar (usando éste concepto en su viejo sentido biológico-sicológico y no en el crematístico). En este sentido, repito, el interés no es tanto en lo ya dado, sino en los procesos inerciales y los rompimientos creativos, en lo posible.

Junto con estas concepciones y a partir de las enseñanzas de la ecología, de los estudios culturales y hasta de la cibernética en algunos casos (Jesús Ibañez, por ejemplo siguiendo a Von Foerster) se desarrollan visiones que reconocen a diversos sujetos sociales legítimos como productores y usuarios de conocimientos (en plural), y que privilegian, suponen, integran o buscan entender la interdependencia de los fenómenos y procesos tanto intencionales como no intencionales, aceptando esta diversidad, complejidad e interacción como una condición ontológica de la realidad en la que actuamos.

Formas de practicar la investigación social actual en México (no lo preguntaron, pero malinterpreté la pregunta 3).

Actualmente en México se imponen 3 formas básicas de practicar la investigación de las ciencias sociales en el país.

a)    La tradicional como una actividad de estado, que en su momento estaba relacionada con la construcción de país que dominaba como ideología de los gobiernos posteriores a la revolución mexicana, y que ahora, ante la pérdida o inexistencia de parte del gobierno de un proyecto nacional, lo que además se compagina con el progresivo divorcio entre la Universidad Nacional y los cuerpos político administrativos, mantiene desde los implícitos del discurso de ciencias sociales la centralidad virtual del Estado como perspectiva básica central, y a partir de la cual se puede tender más tanto hacia a propuestas tendientes a buscar el bien común, la sustentabilidad social y ecológica o al mero control de situaciones y población, pero siempre considerando la centralidad del sujeto central estatal implícito o explícito. Normalmente esta se identifica con las instituciones que participa y busca su desarrollo.

b)    La neoliberal individualista que puede presentarse como un mero seguimiento burocrático de la carrera académica/científica como proceso burocrático, o como un “empresario” individual que, al igual que hacen este tipo de sujetos cuando participan en la administración pública, aprovechan la nueva ideología de acumulación personal por sobre todo otra finalidad, y más allá de la corrupción tradicional, desarrollan una carrera de venta y explotación de proyectos no sólo hacia afuera de la institución sino también frente a la misma institución que los contrata a la que ven como una cantera para obtener ingresos más allá de los salariales, prestaciones y premios. Funcionan sobre la base de una ideología de mercado, en donde sin considerar los contenidos o fines de la actividad, ni los actores sociales involucrados, lo importante es meramente competir por presupuestos y usar a las instituciones como apoyos institucionales para competir por dinero en el exterior, y hacia el interior se trata de controlar y monopolizar el presupuesto por todas las vías. En lo académico esto se traduce en un burdo pragmatismo seguidista que realiza muchos trabajos de diagnóstico y proyecciones al gusto de los funcionarios y empresas que deciden la asignación de recursos. Como los recursos se reparten con quien los otorga, se genera un círculo que se traduce en reconocimientos mutuos progresivos entre esta clase de investigadores, los funcionarios y las empresas involucradas.

c)    La alternativa que considera la posibilidad de la acción de una diversidad de sujetos sociales particulares o específicos, o de conjuntos o constelaciones de ellos, y que tiende a identificarse con éstos y a proponer estudios sobres sus condiciones y acciones a partir de su propia subjetividad y no sólo a partir de las acciones y perspectiva del Estado.



3) ¿Cómo concibe la vinculación entre la investigación social y la práxis social?

            En principio tenemos que entender seriamente que estamos en medio de un proceso que está haciendo un gran esfuerzo por reorganizar las instituciones en un nuevo modelo que ya no estará basado en organizaciones nacionales, sino que supone la posibilidad de establecer una única institucionalidad internacional. Esto se expresa inicialmente mediante los esfuerzos por generar marcos e instituciones de evaluación únicas y trasnacionales que permitan un control y un funcionamiento al estilo del “indirect rule” con el que trabajaban los gobiernos coloniales ingleses, es decir, no hay una presencia directa del colonizador en el gobierno sino que simplemente se controla mediante la evaluación del seguimiento de normas definidas centralmente, y los resultados de las evaluaciones se vinculan a la distribución de recursos con lo que eventualmente van desapareciendo las instituciones que no sigan las normas y se integren al sistema, y visceversa, crecen aquellas que si lo hagan. Esta organización en un solo sistema implica fuertemente una redefinición de la división del trabajo, en donde se espera que las que en este sentido son las “mejores”, que reciben más recursos, realicen las tareas más complejas (la reflexión, la fijación de objetivos, etc.), mientras que las otras, las “locales”, sólo apliquen los lineamientos, las teorías, los conocimientos elaborados en las instituciones centrales (Ver Saskia Sassen, Territorio, Autoridad y Derechos). En esta lógica los científicos de las instituciones locales se consideran meros aplicadores y sólo se les enseñará, se les premiará y se les activará en conocimientos utilitarios en donde la relación con la visión de la sociedad y su relación será meramente instrumental (algo a usar para obtener un fin distinto a ella) y no una relación en la que la sociedad sea vista como uno o varios sujetos colectivos que tienen como finalidad su propio desarrollo (expansión de capacidades de acuerdo con objetivos y fines elaborados o elegidos por sí mismos).

            En este marco resulta fácilmente comprensible que lo deseable desde nuestra situación y posición respecto a la relación de la investigación social y la praxis social, debe ser precisamente la de acompañar y facilitar los procesos de elaboración colectiva de objetivos y fines propios y los procesos necesarios para su obtención o alcance. Esto implica reconocer y hacer explícitos y evidentes los conocimientos múltiples de los diversos sujetos, desarrollar las capacidades para que puedan realizar los procesos necesarios tanto de comunicación como de deliberación para procesarlos y para decidir las mejores formas de alcanzar tales objetivos y metas (cuestiones ya señaladas por Max Weber en el Político y el Científico). La investigación social entonces no resulta ya un proceso aislado e independiente o superior de la sociedad que lo rodea, sino que aunque pueda dar el rodeo de la alta abstracción conceptual que implica la filosofía, en su sentido último, que implica cuando menos moverse al momento de la comunicación efectiva, se reconoce orgánica respecto a los procesos en los que se encuentran involucrados los diversos sujetos sociales.

            Esto implica reconocer la problemática de saber trascender del momento de la elaboración y la enunciación al de la comunicación; cosa que puede obviarse mediante procesos de investigación participativos o de cercana implicación; pero que pueden verse obstaculizados por las normas impuestas por los procesos evaluativos. Es el caso de que sólo se califican las investigaciones aceptadas por revistas científicas que justamente presuponen para su aceptación una elaboración inaccesible para la mayor parte de los actores sociales, y se rebaja el valor de las acciones comunicativas al calificarlas como mera “difusión”.

6) ¿Qué problemáticas o situaciones considera imperantes en el mundo contemporáneo y de que forma son hoy “distintas” a las anteriores, y cómo las ciencias sociales, deberían de atenderlas?

            Basicamente creo que las nuevas situaciones que imponen replantearse los viejos problemas de pobreza, violencia, integración social, desarrollo y representación y acción política son 4:

a)    el ajuste del sistema socioeconómico y político mundial llamado globalización y sus impactos a nivel local y global (Roberto Saviano y Saskia Sassen).

b)    los problemas ambientales.

c)    los problemas de la transformación de los referentes de identidad, e integración social con su multiplicidad de formas y procesos, que van desde las migraciones masivas (Dubravka Ugresik), “el secuestro de la experiencia” (Anthony Giddens), “la individualización” (Ulrich Beck), los integrismos y las desintegraciones, las marginalidades o exclusiones juveniles masivas, las exclusiones territoriales, nacionales, etc.

d)    derivado de esto la transformación de las formas emergentes de integración y organización social (movimientos sociales, etc.), que como expone Alberto Melucci, terminan interiorizando en el propio individuo el conflicto y las posibles alternativas sobre las que se mueve la sociedad y que más que optar por un modelo u otro de sociedad, implican una reflexión y una decisión sobre la propia naturaleza de la sociedad. Situación que se compagina con la llamada “crisis de representación” de las sociedades políticas respecto de las sociedades civiles a pesar del supuesto “triunfo de la democracia y el mercado” como órdenes integrativos cuasi universales.

9) ¿Cómo debe abordarse el problema del otro en la aplicabilidad de métodos, teorías y técnicas de las ciencias sociales desde los espacios académicos?

            En este punto, el inicio debe de plantearse desde la comprensión de dos hechos cardinales:

1)    la diversidad y diferencialidad básica en niveles, grados y dimensiones de los sujetos sociales.

2)    en tanto se trabaja con personas y sujetos sociales (sujetos colectivos, sujetos históricos, sujetos étnicos, sujetos funcionales, etc.), se trabaja con entidades capaces de formular sus propias representaciones, sus propios conocimientos y transformar su propia realidad.

3)    como lo resaltar Jürgen Habermas, entonces un hecho cardinal del trabajo es “la acción comunicativa”, entender cómo se dan estos procesos comunicativos, tanto entre los investigadores y los investigados, como entre los diversos sujetos sociales intervinientes en los procesos.

Con esto en mente hay que considerar que en la práctica de las ciencias sociales hay dos “otros” primarios con los que tiene que entablar relaciones: el científico de las ciencias de los fenómenos no intencionales, y los legos, los ciudadanos no iniciados en la interpretación de los procesos sociales a través de los enfoque disciplinarios al uso, o sin la disciplina de pensar validando y verificando sus opiniones, percepciones, etc. respecto a los hechos y fenómenos sociales.

      En ambos casos, pero sobre todo para la relación con el segundo caso es necesario entonces partir de la desconstrucción del discurso científico (en el primer caso de los dos tipos de discurso científico); es decir, hacer consciencia y hacer evidentes los presupuestos que encierran disciplinas, teorías y técnicas generando una utilización e identidad específica (ver por ejemplo la lectura de la sociología que hace en su tesis doctoral Jesús Ibáñez). Entonces es necesario problematizar los puntos, momentos, elementos, dimensiones donde el propio discurso, teoría, enunciación se cierra para permitir junto con el otro una interacción y reelaboración apropiada en diálogo con las perspectivas, epistemes, saberes, técnicas de los otros actores involucrados. Un primer paso, pero que no basta es “aceptar” al otro como es, “saber que esperar de él”, “conocerlo”, identificar su lógica como propone Habermas en los casos de interetnicidad, acogerlo como propone Emmanuel Levinas; sino que además, como propone Edward Said, hay que darle espacio a sus propias representaciones, y a sus propias acciones, a su propio desarrollo, que no necesariamente tiene que estar predeterminado por su “naturaleza” , su “cultura”, etc.; sino que aceptarlo como sujeto significa saber esperar acciones creativas (ver Desborde Creativos de Tomás Villasante), espontáneas, etc. Siguiendo a Villasante, incluso la implicación significa cogenerar en procesos deliberativos el objeto de estudio, problematizar conjuntamente a partir de los síntomas “sentidos” o “detectados” por los diversos participantes. Y entonces, más que aportar las técnicas para obtener algo (como el planteamiento de una ingeniería del paradigma reduccionista que no es consciente de las complicaciones reales que tendrá la realización de la obra y las múltiples posibilidades técnicas y sociales sobre las que normalmente no reflexiona pero de hecho enfrente, ver trabajos de Daniel Reséndiz y ), el papel del científico social, además de eso, es alguien que “organiza”, su actividad se centra más en iniciar procesos de comunicación, intercambio, deliberación, entendimiento, comprensión, negociación que estrictamente en la operación de procesos inquisitivos.

           

10) Cuestión de la multidisciplina y su institucionalizacion.

El mayor problema respecto a la multidisciplina proviene de que los científicos sociales desarrollan una identificación con su disciplina unitaria, si integridad y completitud de la misma es puesta en duda, sienten que se pone en duda su lugar en la sociedad, función e ingresos. En lugar de entenderse como científicos sociales que abordan problemas del universo (o multiverso) real desde una o varias disciplinas, luego de que reciben su título de licenciatura se consideran que su jerarquía y espacio social está determinado por la identificación y fuerza de su disciplina y no por su actividad y efectividad para confrontar, resolver, explicar problemas o situaciones. Lo importante entonces es generar discursos que cumplan con los requisitos disciplinarios, igual si el problema real se está reduciendo a sólo los elementos contemplados por la disciplina en cuestión. En las instituciones este problema inmediatamente se traduce en cuestiones de jerarquía y presupuesto, y por eso se encarniza la discusión, porque no se piensa como se puede reorganizar el funcionamiento de la misma sin una especialización o distinción disciplinaria.

En centros como el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM se ha podido trabajar porque se considera como el centro de Humanidades de la UNAM en Cuernavaca, y entonces, todo lo que tenga que ver con humanidades cabe en el Centro. La organización interna se estableció a partir de la compartimentación de grupos de investigadores en una forma mixta tanto por problemáticas (estudios del imaginario o subjetividad social, sociedad y medio ambiente, seguridad y violencia (antes salud), estudios regionales, estudios de la población; y una disciplina: educación. Y de ahí cada investigador trabaja de acuerdo con su perspectiva, que muy pocas veces es realmente multidisciplinaria. Así, en estudios de la población no se estudian todos los procesos involucrados en la definición de alguna cuestión de la población, sino que se practica la demografía y en estudios regionales la geografía (incluso reducida a mera geografía económica). No es muy diferente lo que ha ocurrido en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Humanidades de la UNAM, con todo y que se encuentran más presionados por estar rodeados físicamente en la Ciudad Universitaria de las facultades, centros e institutos de ciencias sociales y humanidades disciplinariamente definidos.

Finalmente la multidisciplina se impone por la vía de los hechos en las investigaciones aplicadas y vive precariamente a nivel teórico por el esfuerzo solitario de algunos investigadores.



8 y 11) ¿De qué manera se articulan los postulados teóricos en la aplicabilidad del científico social para la solución de problemas sociales? ¿Cómo se evita la distancia entre la teoría y la práctica?

            Está mal planteada la cuestión. La teoría no es algo que se vaya o deba de aplicar en la práctica, en todo caso es algo que se va a observar o verificar en lo fenomenológico. No es la teoría lo que se debe de practicar sino el discurso o en todo caso las conclusiones emanadas del pensamiento abstracto, y de ésta práctica surgiría (se supone) una conclusión teórica que servirá a su vez para generar una nueva propuesta de acción o actividad. La teoría significaría formas de explicar los procesos o fenómenos sociales que ocurren, pero corre el riesgo de hipostasiar el desarrollo real de los procesos. Un ejemplo es el capítulo 24 del tomo I del Capital, que muestra el proceso de acumulación originaria del capital, pero que no es la “historia” real del proceso con el riesgo de que pueda ser tomada como tal (tanto Fernand Braudel como Immanuel Wallernstein escribirán textos sobre la historia real del proceso para hacer el contraste). La realidad siempre es más amplia y compleja que ningún proceso teórico, y acercarse a la realidad simplemente con una teoría significa recortar y simplificar el proceso real a uno sólo de sus aspectos o procesos; luego entonces el reto es como abordar lo real sin simplificarlo y haciendo comprensible su inherente complejidad y fluidez. Eso entonces obliga a establecer acercamientos que busquen precisamente recuperar los niveles, formas e interacciones de los procesos del fenómeno estudiado. En este sentido, además, para no divorciarse de la sociedad real es importante entender las razones implícitas o evidentes por las que surge el interés por estudiar determinado tema, fenómeno o acontecimiento. Eso supone hacerse consciente de lo que Weber llamaba relación a valores, estudiar-se al propio observador tanto por sus improntas sicológicas (George Deveraux, De la Ansiedad al Método), culturales, clasistas, étnicas, etc. que le resaltan el tema, como al propio aparato conceptual con que aborda la temática, por un lado. Y por el otro lado, estar consciente que el acercamiento se da siempre en tanto hay una detección de “síntomas” sobre los que los propios grupos sociales pueden estar llamando la atención. Entonces hay que estudiar no sólo el propio “síntoma”, sino los elementos que hacen que los grupos sociales involucrados o interesados lo reconozcan o resalten como tal. De ahí entonces es que se presenta la cuestión de la evaluación de la “pertinencia” de un tema o sentido de una investigación social. ¿Para quién o cómo es pertinente un tema o un fenómeno o proceso entendiendo que la propia definición del tema o del proceso no es un acto neutro sino que está sobredeterminado por las anteriores cuestiones tanto personales como sociales del observador y los sujetos sociales locales o distantes (promotores de políticas, gobiernos, empresas, etc.) involucrados? Y este proceso de trabajar la pertinencia es la problematización en donde se decide que temas se dan por dados o que temas se abren, se desconstruyen, se rastrean para terminar de entender los elementos directos o indirectos que intervienen en la determinación del hecho, fenómeno o proceso a estudiar. En ese punto se estudia la articulación, o lo que Karl Mannheim y Max Weber llamaban la “constelación” particular. Weber es muy específico en afirmar el carácter específico de las investigaciones sociales, que por lo tanto, no terminan en una afirmación de aplicabilidad universalizable como una ley normativa al estilo de las ciencias no intencionales. Las teorías entonces son sólo elementos auxiliares, llegando Foucault a afirmar que hay que verlas como meras cajas de herramientas y como elementos y no como los objetos centrales y últimos del trabajo cuando se realizar una investigación aplicada aunque se trate de una genealogía o un tema históricamente transversal como los que él estudiaba. De hecho Foucault demuestra que la manera de abordar la problemática transforma el problema (de manera análoga al principio de incertidumbre de Heisenberg).

            En este punto es muy importante entender que se trabajan procesos, que los propios grupos sociales son sujetos, por lo tanto están en proceso, están cambiando, están siendo afectados por el conocimiento que se está produciendo y por lo que se les está logrando comunicar; y por lo mismo debe de entenderse una aproximación tanto pedagógica e informativa de parte del investigador en tanto influye en la percepción e idea que del mismo fenómeno tienen los actores (ver Touraine sobre investigación participante); como debe de estar abierto a captar los conocimientos, percepciones, e intenciones de los sujetos con los que trabaja, incluso, como recomienda Gramsci, para aprender de ellos, tiene que entender que la investigación debe de ser una vía de doble retorno y que a diferencia de los científicos de los procesos no intencionales se trabaja con elementos que transforman su propia realidad y se transforman a sí mismos también.

            La investigación entonces ya no es una cuestión meramente una intervención instrumental: “¿cómo conseguir lograr esto o lo otro?”. Sino que se transforma en un proceso deliberativo asegurando así (ajustando a cada momento), su pertinencia y eficacia respecto a los grupos sociales involucrados.

            Pero además, hay otro momento en donde estorba el romanticismo de los mitos de los científicos de estudios de fenómenos no intencionales y el idealismo de racionalistas (basta demostrar para convencer) y de quienes convierten a la ciencia en una nueva metafísica evidente por sí misma. Es el necesario momento de las mediaciones. Cualquier científico que quiere ver sus propuestas convertidas en acciones sociales que no son otra cosa que actos políticos, tendrá por supuesto que traducir sus hallazgos, conocimientos, razonamientos en productos o hechos comunicativos, procesar y operar la acción comunicativa, y así misma la política en las formas o términos que convengan al caso, que van desde las más simples deliberaciones con los grupos interesados a la intervención en medios de comunicación y frente o en instituciones políticas. En una plática dada en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, Carlos Gay explicaba a los estudiantes de licenciatura la mecánica del cambio climático y las acciones sociales posibles para limitarlo, sin embargo concluía frente a los próximos sociólogos, politólogos, comunicólogos y diplomáticos: “no podemos hacer nada porque eso está en el campo de la política y peor aún de la política internacional”. Hay que romper la ingenuidad e ignorancia respecto a estos procesos, sobre todo frente a quienes estudian para trabajarlos. Por ejemplo, cambiar la idea restringida de la política como “competencia por el poder”, a la idea compleja de la política como “generar organización de cualquier tipo a cualquier nivel”. La primera ve a la sociedad y los individuos como medios. La segunda los ve como fines a través de los medios: “los objetivos para los que se moviliza al grupo”.



8) experiencia o aportación propia

En 2007 se dio una gran inundación catastrófica en Tabasco. Se me llamó para trabajar con el gobierno estatal. Como parte de los medios para impedir una nueva inundación de la ciudad de Villahermosa, Conagua inició procesos preventivos generando inundaciones en el estiaje en los pueblos indígenas de la Chontalpa. Me llamaron la organización de Unión de Pueblos de Centla, el pueblo de Oxiacaque y la ONG, Comisión de Derechos Humanos de Tabasco. A un grupo de científicos sociales nos pidió elaborar una historia política reciente del estado para entender la situación en que se encontraba. Se me pidió hacer una historia de la “economía”, yo pedí entonces hacer una historia del “desarrollo y la infraestructura”. Con esa investigación descubrí y demostré que dadas las obras y razones para hacer las obras de infraestructura hidráulica y para la explotación petrolera, el sistema territorial del estado estaba tan afectado que ya no bastaban los sistema de ciclos naturales ecológicos para explicar lo que pasaba respecto a las formas y niveles que alcanzaban las inundaciones, sino que estábamos ante un sistema básicamente de funcionamiento artificial, o sea humanamente determinado. En esa misma lógica, la investigación histórica descubrió las inconsistencias y causas de las inconsistencias de la construcción del sistema hidráulico, el proceso de advertencias y críticas ecológicas, las limitaciones económicas y políticas del proceso, etc. Pero sobre todo que, a pesar de un excelente diagnóstico y proyección del sistema realizado por un estudio de 1997; dada la nueva definición de política de desarrollo regional contraria a la seguida hasta entonces, y bajo la nueva lógica neoliberal, la protección contra inundaciones, el mantenimiento y conclusión progresiva del sistema, ya no eran una prioridad federal, por lo que se abandonó desde 1988 el mantenimiento de las presas y el sistema en general y el dragado anual de los ríos, que se venía haciendo desde el siglo XIX. Esto aumentó los impactos negativos territoriales y ecológicos que los sistemas hidráulico y petrolero estaban teniendo según se había advertido desde los años 70, además de que se oculta todavía información clave como el nivel de baja de retención de agua por la sedimentación en presas, etc. Con base en esta investigación se demuestra que el nuevo proyecto PHIT hidráulico sólo buscaba proteger Villahermosa a costa de sacrificar parte de la Chontalpa, los pueblos indígenas tradicionales en particular, porque, según dicen sus documentos “el impacto económico será menor”, pero se esconde que se trata de un hecho programado y se presenta otra vez como un hecho “meramente natural”. El hecho se hizo real en 2010 con una nueva inundación “atípica”. Con la investigación histórica demostré que el nuevo proyecto sólo retomaba parcialmente las recomendaciones y obras a realizar, e incumplía los principios dictaminados por el diagnóstico de 1997 (múltiples salidas del agua al mar). Al encarar al director del proyecto, director también del Instituto de Ingeniería de la UNAM sobre esto, la respuesta fue que ello tenían que proyectar con base en el presupuesto que los políticos le informaban. Mi posición fue que ellos deberían ofrecer la mejor solución posible (no ocultar el diagnóstico y proyecto original), y sobre esa base dejar que los políticos lo redujeran a lo posible actual argumentando de cara a la sociedad. Finalmente, con el cambio de sexenio en 2013, tanto el gobierno estatal como federal presentan un nuevo proyecto que textualmente supone: a) la protección integral del estado y b) concebir al agua como un recurso y no un desecho. Al mismo tiempo se ganaron (legalmente pero no pagadas todavía) indemnizaciones para los pueblos con esta base. Se encontró también que nunca se actúa preventivamente frente a las inundaciones y se presentaron acciones en este sentido que pueden ser operadas tanto por el gobierno estatal, los municipales y cada comunidad por sí misma. De aplicarse estas medidas en las comunidades se abatirían casi totalmente las pérdidas económicas domésticas, un 30% de las que habría en el patrimonio productivo de las unidades campesinas, y en mucho el sufrimiento humano.

            La diferencia respecto a los planteamientos que resultaron de debió a:

a)    ampliar la escala temporal de la coyuntura actual hacia la “historia”, buscando la genealogía de los procesos que determinan las condiciones locales y microlocales.

b)    Determinar el funcionamiento de los sistemas ecológicos regionales y la interacción histórica progresiva con las intervenciones territoriales tecnológicas. Lo primero se hizo desde la tradición oral y el conocimiento campesino/indígena. Lo segundo revisando viejos informes técnicos, periódicos, haciendo entrevistas y leyendo las memorias personales de los ingenieros. Como demuestra Foucault, estudiar la genealogía implica conocer desde adentro las epistemes específicas por lo que tuve que aprender de ecología e ingeniería. Y significa también, no aprender la disciplina como un hecho completo y cerrado, sino que la idea de genealogía justamente apunta a la forma específica en que cierto determinado conocimiento va siendo producido, cambiado, procesado, divulgado y practicado en los distintos momentos.

c)    Estudiar la genealogía de los procesos técnico, tecnológicos ingenieriles para encontrar las otras posibilidades “cerradas” por el olvido y los discursos políticos.

d)    Establecer una relación de interacciones sistémicas del proceso de inundación para entender como impacto regional, local y microlocalmente, para poder actuar a cada escala.

e)    Entender los procesos de inundaciones también como una sistema de acción entre sujetos sociales, como se han relacionado tradicionalmente, y las potencialidades alternativas.

12) Ventajas y Desventajas del enfoque desde lo local que supone el trabajo aplicado.

      El problema aquí enunciado parte del prejuicio de creer que una situación local no tiene determinaciones que superan la visión recortada al momento actual, el espacio inmediato y los actores presentes. Aunque se estudie la coyuntura inmediata, para entender el hecho actual normalmente habrá que abrir la escala de atención, temporal, geográfica, social, económica y cultural, en el nivel que nos permita encontrar la explicación requerida sobre el fenómeno de estudio. Así que las supuestas desventajas parten más de una mala aproximación prejuiciada al fenómeno más que a una cuestión de escala. La escala inmediata o local es sólo el nivel al cual aportamos los resultados o las acciones; pero no necesariamente la escala a la cual debe de ceñirse la investigación. Con los procesos sociales de construcción de economía mundo iniciados desde el siglo XVI y no se diga con los actuales procesos de globalización, incluso los lugares considerados “naturales”, son tales en tanto se determinaron como inaccesibles o económicamente poco rentables por la tecnología y la interpretación espacial o ecológica del momento; de la misma manera que actualmente se redefinen respecto a su valoración económica (siendo la forma hegemónica de concebir la organización espacial y valoración de espacios y recursos naturales) incluyendo aquella integrada en el “desarrollo sustentable”; y su accesiblidad y posibilidad de explotación (factores de mano de obra, infraestructura material y entorno político local). Entonces incluso los “espacios aislados o remotos”, son considerados tales y han tenido determinado tratamiento y formas humanas específicas de actividad, de acuerdo a estos elementos. Entonces la escala local no significa ignorar los procesos regionales, nacionales o globales; sino que al contrario, para entender la condición de “local”, hay que estudiar cómo fue producido ese espacio, entendiendo que todo espacio representable, enunciable como tal, es precisamente, de una manera u otra, un “espacio producido” (Henry Lefebvre).

13) El Método como puente entre disciplinas.

      Aquí el concepto clave quizás sea el de problematización entendida además como la problematización pertinente de acuerdo con el tema u objetivo buscado. Y como la problematización es una cuestión extrateórica, pues sí se considera dentro del campo del método. La diferencia se da entre una problematización meramente teórica: el objeto a estudiar sólo existe desde una perspectiva teórica específica; o si el objeto, fenómeno o problema a estudiar existe más allá de un específico campo teórico, y por el contrario, requerirá la intervención en varias dimensiones de la realidad, reportadas por diversas perspectivas disciplinarias que requerirán del concurso de varias teorías. Entonces el método a partir de las exigencias de la problematización forzosamente será el que permita el concurso de suficientes disciplinas y conocimientos teóricos que aporten hipótesis sobre los procesos y hechos que funcionen como determinantes del hecho o fenómeno objeto de estudio.

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