visiones de cambio en las ciencias sociales,
abrir las ciencias sociales (con base en un cuestionario de la enes Morelia)
1
Panorama Ciencias Sociales (preguntas 1, 2 ).
El problema real mayor a nivel
social que tenemos que confrontar es que junto con el dominio de la ideología
neoliberal se ha impuesto a nivel social de sociedad política y medios de
comunicación el componente de su interpretación de lo social, que incluye la reducción de esto a una mera elección
racional de opciones en cada situación de vida, con lo que el hombre queda a su
vez reducido a homo economicus, siempre
buscando simplemente mayor satisfacción siempre incrementada en cada caso, y
entendida la sociedad como una mera agregación de individuos así definidos. Que
además implícitamente enuncia la no necesidad de una reflexión sobre lo social
por considerarse algo evidente “que todo mundo aprende por experiencia”, banal,
o en palabras de los científicos de las ciencias duras (es mejor la expresión
del estudio de los fenómenos no intencionales), “trivial”. Lo que se considera
como el único conocimiento importante de lo “social” son las meras técnicas de control y manipulación porque se
considera que ese sí es conocimiento “efectivo”, que tiene aplicación en lo
real. Pero además campea, domina una idea de que ya no es necesario saber más
sobre “nosotros”, sólo en todo caso como el otro, y sólo como extensión de las
teorías y saberes ya conocidos. Contra eso, aunque de manera marginal,
contestataria y como resistencia, también han surgido ideas y propuestas en las
que se enfatiza el escuchar al otro, incluir al otro, y/o, que el centro de la
actividad de las ciencias sociales no es la idea de guerra/política de
dominar/conducir al otro, sino el construir al nosotros. Como dijera Edgar
Morin en 1972, y lo repiten los discursos actuales sudamericanos del Buen
Vivir, “no se trata de sustituir sino de integrar y superar”. El primero es un
conocimiento dirigido a constatar lo que ocurre (igual que las ideas sobre el
acontecer de las ciencias no intencionales), mientras el segundo es un
conocimiento que busca conocer las posibilidades como lo señala Boaventura de
Souza.
Con lo que
Foucault describía como la fuerza definitoria de los discursos, con la fuerza
de las formas (vis formae) de la que
hablaba Pierre Bourdieu, con los procesos de reproducción vía la educación
formal e informal, ahora sobre todo manejada desde los medios de comunicación
en la función metafórica, utópica (aspiracional
en la versión de la nueva sociedad neoliberal) y ejemplar de la “sociedad del espectáculo” (que es quien
realmente “educa”, forma los horizontes intelectuales, establece los
contenidos, elementos y mecánicas de los imaginarios, y enseña con el ejemplo las formas de
desenvolverse y obtener satisfacciones (tener éxito), ver Guy Debord);
finalmente las personas reales a su vez van también reduciendo su visión de
mundo a estos marcos ideales, con todas sus consecuencias. Se trata de que por
un lado podemos describir plenamente como se desplazan las ciencias sociales,
sobre todo las generadas y practicadas en instancias universitarias e
intelectuales, perdiendo todo espacio en lugares claves como las decisiones y
proyecciones de la sociedad política y en la formación e información de las
opciones, interpretaciones y acciones de la sociedad civil; pero al mismo
tiempo, lo que ciertamente ocurre es que se da una sobrerrepresentación, una
hegemonía total de un discurso de conocimiento social reducido e hipertrofiado,
que le resulta utilizable, como instrumento de dominación y control y de
legitimación, a los poderes fácticos, políticos, y a sus operadores. Tanto
discurso legitimador y práctico desde la práctica de la política y los poderes estatales
y fácticos como discurso formador y autolegitimador de los individuos, siendo
esto parte de los que Anthony Giddens explica como secuestro de la experiencia. Esto explica esta situación que
estamos viviendo en donde se llega a afirmar que un político “no entiende que no entiende”.
No es que
las ciencias sociales desaparezcan del todo, sino que son reducidas a sus
elementos de control, manipulación y legitimación, que son producidos y
operados por instancias cada vez más controladas por estos mismos poderes. La economía es el caso más extremo donde
lo que sería la ciencia de la supervivencia doméstica (oikos-casa, ahora lo
extrapolamos en la conciencia planetaria a planeta), la producción de
satisfactores, se reduce en realidad a crematística,
conocimiento necesario para la ganancia o enriquecimiento. Por eso no se
puede pensar en una economía estable, sino en una economía siempre en
crecimiento; reducida a la crematística, sólo puede medirse en términos de
crecimiento (Producto Interno Bruto) y no de satisfacción de necesidades y
estabilidad o sustentabilidad, en términos de mercado y no de bienestar; aunque
en el discurso se le disfrace y eso permita que la gente se trague la piedra de
la contradicción denunciada por los ecologistas de la necesidad de crecimiento
infinito en un planeta finito, y lo que Jean Baudrillard denunciaba a su vez
como la trampa de la producción: sólo pensamos en nosotros mismos en tanto que
seamos productores de valor. Esto último permite que se de el efecto “campo de
concentración” descrito por Hannah Arendt, en donde se convence a la persona
para que ella misma piense que es innecesaria y descartable para el sistema y
su entorno social. Además de que impone una forma de pensamiento racional (y
científico) que sólo considera de manera independiente y unitaria una sola
lógica, sin relación con su interdependencia con la multiplicidad de elementos,
sujetos y lógicas con que se presenta cada fenómeno en la experiencia real.
En
esta lógica además, se considera que todos los aspectos discursivos y
reflexivos, que son el corazón de las ciencias sociales (la sociedad que se
conoce a sí misma), son innecesarios. Por ello, dado que lo que importa es
planificar, manipular y controlar ( y no conocer-se), todo parece reducirse a
operaciones que incluso pueden “modelarse” (de hecho la modelación y reducción
de todo a algoritmos y operaciones matemáticas se presenta como el avance
científico por excelencia); se considera que basta con los conocimientos de las
consideradas ciencias “duras” (“no intencionales”) y eso se ha reflejado en el
mercado y campo laboral con la ideología de que “los mejores administradores”
son los ingenieros. Esto se convierte en una profecía autoverificada cuando
reduces la acción política y social a pura “ingeniería social” (y sobre todo se
le quita valor a la historia y la sicología como formas de conocimiento y
explicación). Con esto se pierde y hasta se considera subversivo, inútil y
riesgoso el necesario cuestionamiento sobre los sujetos o actores sociales,
dado que ya el modelo ideológico supone no la acción de los sujetos (diversos y
plurales) constitutivos de la sociedad, sino su control y dominación por parte
de un grupo constituido como el sujeto por excelencia (un sujeto virtual), que
de manera tautológica por la vía del control discurisvo se legitima ante sí y
el resto de la sociedad por el manejo de este tipo de técnicas y conocimiento
que el poder político/militar/empresarial (el gobierno secreto del que habla
Norberto Bobbio, los acuerdos por encima y atrás de las elecciones) han
instituido como el mejor, más avanzado y eficaz. Ese el núcleo duro del poder
tecnocrático, que social y políticamente implica la fusión de la burocracia
política, con los técnicos y los financieros. Consideran además, está
implícito, en la ideología neoliberal que el poder no necesita conocer la
realidad porque el poder manipula y reformula la realidad. “Sólo es necesario
saber que queremos y como obtenerlo”, expresó alguna vez un asesor del entonces
Secretario de Defensa de EU y ejecutivo de trasnacionales, Dick Cheney. El
riesgo mayor es que con el paso de las décadas se pueda llegar a situaciones en
donde por ignorancia de conocimientos que se tenían no se puedan prever
consecuencias graves, no se vean alternativas o no se puedan tomar acciones
adecuadas frente a hechos, por ejemplo, como las catástrofes climáticas
puntuales (por ejemplo la crisis del Huracán Katrina), y las catástrofes
globales progresivas producto de la contaminación, cambio climático, pérdida de
tierras laborables, acuíferos, etc. En esta negación a la reflexión se incluye
la lógica de la “liberación” de toda acción con sentido crematístico de la
consciencia de sus consecuencias. En parte es la idea que instaura la exclusión
como lógica social dominante: ya no es responsabilidad del sistema social,
político, cultural y económico el integrar a toda la población y regiones dentro
de él; sino que cada quien y cada región tienen que hacer por sí mismos lo
necesario para hacerlo o quedar fuera. Es el paso de la condición de
marginalidad al de exclusión.
Para
entender esto hay que tener claro que el desarrollo de las disciplinas
científicas no se da de una manera recta y acumulativa ni bajo un sólo tronco o
línea general. Lo que nos abre también la posibilidad de que desaparezcan
componentes y líneas enteras de conocimiento social, y que técnicas o
disciplinas particulares se sobredimensionen (el caso de la crematística
abarcando todo el campo de la economía).
Esta
perspectiva de comprensión del proceso histórico de los conocimientos, nos
permite entender que en el panorama actual, al mismo tiempo, aunque de manera
sometida, contestataria, alternativa, marginal, etc. existe un vigoroso impulso
de nuevas lecturas de lo social y la propia práctica y sentido de la ciencia
que con un enfoque reflexivo sobre las propias disciplinas, sus formas de
practicarse y sobre los procesos sociales, y sobre los sujetos sociales mismos,
que están generando nuevas perspectivas renovadoras. De manera equivalente,
estas perspectivas que coinciden en la apertura a la visibilidad de las
diferencias entre sectores y actores sociales, al contrario del discurso
descrito arriba; justamente reconocen la posibilidad de diversidad de discursos
o enunciados sobre la realidad o incluso la propia diversidad de realidades
(multiverso contra universo); y además no justifican (menos legitiman) ni se
justifican a sí mismas, ni como discurso superior y/o central (nueva
metafísica) cuya propiedad o uso legitime igualmente una centralidad o
superioridad, un poder o una legitimidad de poder. De hecho se reconocen como
versiones, alternativas e interpretaciones variables desde perspectivas y
relaciones variables con sujetos sociales específicos. En este sentido, como ha
afirmado fuertemente Humberto Maturana, incluso en varias versiones se acepta
la idea de una epistemología basada en la idea de una ontología relativa o
débil contra la idea de una posibilidad de una epistemología de una ontología
única, fuerte, indiscutible. Esto va además intrínsecamente vinculado con la
percepción de la naturaleza de la voluntad de la enunciación: una enunciación
autoritaria que busca la imposición del argumento; o una enunciación que busca
indagar, explorar, entender, aprender más, sin preocuparse antes por la
jerarquización que se establece en el intercambio. Y esto, por supuesto, supone
entonces la discusión y autodiscusión o consideración sobre la naturaleza de
los sujetos, que ya no son vistos como entes terminados preconstituidos, sino
como entidades abiertas en un proceso del cual el intercambio argumental forma
parte. No se trata entonces de conocer para manipular, sino de entender para
desarrollar (usando éste concepto en su viejo sentido biológico-sicológico y no
en el crematístico). En este sentido, repito, el interés no es tanto en lo ya
dado, sino en los procesos inerciales y los rompimientos creativos, en lo
posible.
Junto con
estas concepciones y a partir de las enseñanzas de la ecología, de los estudios
culturales y hasta de la cibernética en algunos casos (Jesús Ibañez, por
ejemplo siguiendo a Von Foerster) se desarrollan visiones que reconocen a
diversos sujetos sociales legítimos como productores y usuarios de
conocimientos (en plural), y que privilegian, suponen, integran o buscan
entender la interdependencia de los fenómenos y procesos tanto intencionales
como no intencionales, aceptando esta diversidad, complejidad e interacción
como una condición ontológica de la realidad en la que actuamos.
Formas
de practicar la investigación social actual en México (no lo preguntaron, pero
malinterpreté la pregunta 3).
Actualmente en México se
imponen 3 formas básicas de practicar la investigación de las ciencias sociales
en el país.
a)
La tradicional como una actividad de estado,
que en su momento estaba relacionada con la construcción de país que dominaba
como ideología de los gobiernos posteriores a la revolución mexicana, y que
ahora, ante la pérdida o inexistencia de parte del gobierno de un proyecto
nacional, lo que además se compagina con el progresivo divorcio entre la
Universidad Nacional y los cuerpos político administrativos, mantiene desde los
implícitos del discurso de ciencias sociales la centralidad virtual del Estado
como perspectiva básica central, y a partir de la cual se puede tender más
tanto hacia a propuestas tendientes a buscar el bien común, la sustentabilidad
social y ecológica o al mero control de situaciones y población, pero siempre
considerando la centralidad del sujeto central estatal implícito o explícito.
Normalmente esta se identifica con las instituciones que participa y busca su
desarrollo.
b)
La neoliberal individualista que puede
presentarse como un mero seguimiento burocrático de la carrera
académica/científica como proceso burocrático, o como un “empresario”
individual que, al igual que hacen este tipo de sujetos cuando participan en la
administración pública, aprovechan la nueva ideología de acumulación personal
por sobre todo otra finalidad, y más allá de la corrupción tradicional,
desarrollan una carrera de venta y explotación de proyectos no sólo hacia
afuera de la institución sino también frente a la misma institución que los
contrata a la que ven como una cantera para obtener ingresos más allá de los
salariales, prestaciones y premios. Funcionan sobre la base de una ideología de
mercado, en donde sin considerar los contenidos o fines de la actividad, ni los
actores sociales involucrados, lo importante es meramente competir por
presupuestos y usar a las instituciones como apoyos institucionales para
competir por dinero en el exterior, y hacia el interior se trata de controlar y
monopolizar el presupuesto por todas las vías. En lo académico esto se traduce
en un burdo pragmatismo seguidista que realiza muchos trabajos de diagnóstico y
proyecciones al gusto de los funcionarios y empresas que deciden la asignación
de recursos. Como los recursos se reparten con quien los otorga, se genera un
círculo que se traduce en reconocimientos mutuos progresivos entre esta clase
de investigadores, los funcionarios y las empresas involucradas.
c)
La alternativa que considera la posibilidad de
la acción de una diversidad de sujetos sociales particulares o específicos, o
de conjuntos o constelaciones de ellos, y que tiende a identificarse con éstos
y a proponer estudios sobres sus condiciones y acciones a partir de su propia
subjetividad y no sólo a partir de las acciones y perspectiva del Estado.
3) ¿Cómo concibe la vinculación entre la investigación social y la
práxis social?
En principio tenemos que entender seriamente que estamos
en medio de un proceso que está haciendo un gran esfuerzo por reorganizar las
instituciones en un nuevo modelo que ya no estará basado en organizaciones
nacionales, sino que supone la posibilidad de establecer una única
institucionalidad internacional. Esto se expresa inicialmente mediante los
esfuerzos por generar marcos e instituciones de evaluación únicas y trasnacionales
que permitan un control y un funcionamiento al estilo del “indirect rule” con el que trabajaban los gobiernos coloniales
ingleses, es decir, no hay una presencia directa del colonizador en el gobierno
sino que simplemente se controla mediante la evaluación del seguimiento de
normas definidas centralmente, y los resultados de las evaluaciones se vinculan
a la distribución de recursos con lo que eventualmente van desapareciendo las
instituciones que no sigan las normas y se integren al sistema, y visceversa,
crecen aquellas que si lo hagan. Esta organización en un solo sistema implica
fuertemente una redefinición de la división del trabajo, en donde se espera que
las que en este sentido son las “mejores”, que reciben más recursos, realicen
las tareas más complejas (la reflexión, la fijación de objetivos, etc.),
mientras que las otras, las “locales”, sólo apliquen los lineamientos, las
teorías, los conocimientos elaborados en las instituciones centrales (Ver
Saskia Sassen, Territorio, Autoridad y Derechos). En esta lógica los
científicos de las instituciones locales se consideran meros aplicadores y sólo
se les enseñará, se les premiará y se les activará en conocimientos utilitarios
en donde la relación con la visión de la sociedad y su relación será meramente
instrumental (algo a usar para obtener un fin distinto a ella) y no una
relación en la que la sociedad sea vista como uno o varios sujetos colectivos
que tienen como finalidad su propio desarrollo (expansión de capacidades de
acuerdo con objetivos y fines elaborados o elegidos por sí mismos).
En este marco resulta fácilmente comprensible que lo
deseable desde nuestra situación y posición respecto a la relación de la
investigación social y la praxis social, debe ser precisamente la de acompañar
y facilitar los procesos de elaboración colectiva de objetivos y fines propios
y los procesos necesarios para su obtención o alcance. Esto implica reconocer y
hacer explícitos y evidentes los conocimientos múltiples de los diversos
sujetos, desarrollar las capacidades para que puedan realizar los procesos
necesarios tanto de comunicación como de deliberación para procesarlos y para
decidir las mejores formas de alcanzar tales objetivos y metas (cuestiones ya
señaladas por Max Weber en el Político y el Científico). La investigación
social entonces no resulta ya un proceso aislado e independiente o superior de
la sociedad que lo rodea, sino que aunque pueda dar el rodeo de la alta
abstracción conceptual que implica la filosofía, en su sentido último, que
implica cuando menos moverse al momento de la comunicación efectiva, se
reconoce orgánica respecto a los procesos en los que se encuentran involucrados
los diversos sujetos sociales.
Esto implica reconocer la problemática de saber
trascender del momento de la elaboración y la enunciación al de la
comunicación; cosa que puede obviarse mediante procesos de investigación
participativos o de cercana implicación; pero que pueden verse obstaculizados
por las normas impuestas por los procesos evaluativos. Es el caso de que sólo
se califican las investigaciones aceptadas por revistas científicas que
justamente presuponen para su aceptación una elaboración inaccesible para la
mayor parte de los actores sociales, y se rebaja el valor de las acciones
comunicativas al calificarlas como mera “difusión”.
6) ¿Qué problemáticas o situaciones considera imperantes en el mundo
contemporáneo y de que forma son hoy “distintas” a las anteriores, y cómo las
ciencias sociales, deberían de atenderlas?
Basicamente creo que las nuevas situaciones que imponen
replantearse los viejos problemas de pobreza, violencia, integración social,
desarrollo y representación y acción política son 4:
a)
el ajuste del sistema socioeconómico y político
mundial llamado globalización y sus impactos a nivel local y global (Roberto
Saviano y Saskia Sassen).
b)
los problemas ambientales.
c)
los problemas de la transformación de los
referentes de identidad, e integración social con su multiplicidad de formas y
procesos, que van desde las migraciones masivas (Dubravka Ugresik), “el
secuestro de la experiencia” (Anthony Giddens), “la individualización” (Ulrich Beck),
los integrismos y las desintegraciones, las marginalidades o exclusiones
juveniles masivas, las exclusiones territoriales, nacionales, etc.
d)
derivado de esto la transformación de las
formas emergentes de integración y organización social (movimientos sociales,
etc.), que como expone Alberto Melucci, terminan interiorizando en el propio
individuo el conflicto y las posibles alternativas sobre las que se mueve la
sociedad y que más que optar por un modelo u otro de sociedad, implican una
reflexión y una decisión sobre la propia naturaleza de la sociedad. Situación
que se compagina con la llamada “crisis de representación” de las sociedades políticas
respecto de las sociedades civiles a pesar del supuesto “triunfo de la
democracia y el mercado” como órdenes integrativos cuasi universales.
9) ¿Cómo debe abordarse el problema del otro en la aplicabilidad de
métodos, teorías y técnicas de las ciencias sociales desde los espacios
académicos?
En este punto, el inicio debe de plantearse desde la
comprensión de dos hechos cardinales:
1)
la diversidad y diferencialidad básica en
niveles, grados y dimensiones de los sujetos sociales.
2)
en tanto se trabaja con personas y sujetos
sociales (sujetos colectivos, sujetos históricos, sujetos étnicos, sujetos
funcionales, etc.), se trabaja con entidades capaces de formular sus propias
representaciones, sus propios conocimientos y transformar su propia realidad.
3)
como lo resaltar Jürgen Habermas, entonces un
hecho cardinal del trabajo es “la acción comunicativa”, entender cómo se dan
estos procesos comunicativos, tanto entre los investigadores y los
investigados, como entre los diversos sujetos sociales intervinientes en los
procesos.
Con
esto en mente hay que considerar que en la práctica de las ciencias sociales
hay dos “otros” primarios con los que tiene que entablar relaciones: el
científico de las ciencias de los fenómenos no intencionales, y los legos, los
ciudadanos no iniciados en la interpretación de los procesos sociales a través
de los enfoque disciplinarios al uso, o sin la disciplina de pensar validando y
verificando sus opiniones, percepciones, etc. respecto a los hechos y fenómenos
sociales.
En ambos casos, pero sobre todo para la
relación con el segundo caso es necesario entonces partir de la desconstrucción
del discurso científico (en el primer caso de los dos tipos de discurso
científico); es decir, hacer consciencia y hacer evidentes los presupuestos que
encierran disciplinas, teorías y técnicas generando una utilización e identidad
específica (ver por ejemplo la lectura de la sociología que hace en su tesis
doctoral Jesús Ibáñez). Entonces es necesario problematizar los puntos,
momentos, elementos, dimensiones donde el propio discurso, teoría, enunciación
se cierra para permitir junto con el otro una interacción y reelaboración
apropiada en diálogo con las perspectivas, epistemes, saberes, técnicas de los
otros actores involucrados. Un primer paso, pero que no basta es “aceptar” al
otro como es, “saber que esperar de él”, “conocerlo”, identificar su lógica
como propone Habermas en los casos de interetnicidad, acogerlo como propone
Emmanuel Levinas; sino que además, como propone Edward Said, hay que darle
espacio a sus propias representaciones, y a sus propias acciones, a su propio
desarrollo, que no necesariamente tiene que estar predeterminado por su
“naturaleza” , su “cultura”, etc.; sino que aceptarlo como sujeto significa
saber esperar acciones creativas (ver Desborde Creativos de Tomás Villasante),
espontáneas, etc. Siguiendo a Villasante, incluso la implicación significa
cogenerar en procesos deliberativos el objeto de estudio, problematizar
conjuntamente a partir de los síntomas “sentidos” o “detectados” por los
diversos participantes. Y entonces, más que aportar las técnicas para obtener
algo (como el planteamiento de una ingeniería del paradigma reduccionista que
no es consciente de las complicaciones reales que tendrá la realización de la
obra y las múltiples posibilidades técnicas y sociales sobre las que
normalmente no reflexiona pero de hecho enfrente, ver trabajos de Daniel
Reséndiz y ), el papel del científico social, además de eso, es alguien que
“organiza”, su actividad se centra más en iniciar procesos de comunicación,
intercambio, deliberación, entendimiento, comprensión, negociación que
estrictamente en la operación de procesos inquisitivos.
10) Cuestión de la multidisciplina y su institucionalizacion.
El mayor problema respecto a la multidisciplina proviene
de que los científicos sociales desarrollan una identificación con su
disciplina unitaria, si integridad y completitud de la misma es puesta en duda,
sienten que se pone en duda su lugar
en la sociedad, función e ingresos. En lugar de entenderse como científicos
sociales que abordan problemas del universo (o multiverso) real desde una o
varias disciplinas, luego de que reciben su título de licenciatura se
consideran que su jerarquía y espacio social está determinado por la identificación
y fuerza de su disciplina y no por su actividad y efectividad para confrontar,
resolver, explicar problemas o situaciones. Lo importante entonces es generar
discursos que cumplan con los requisitos disciplinarios, igual si el problema
real se está reduciendo a sólo los elementos contemplados por la disciplina en
cuestión. En las instituciones este problema inmediatamente se traduce en
cuestiones de jerarquía y presupuesto, y por eso se encarniza la discusión,
porque no se piensa como se puede reorganizar el funcionamiento de la misma sin
una especialización o distinción disciplinaria.
En centros como el Centro
Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM se ha podido
trabajar porque se considera como el centro de Humanidades de la UNAM en
Cuernavaca, y entonces, todo lo que tenga que ver con humanidades cabe en el
Centro. La organización interna se estableció a partir de la compartimentación
de grupos de investigadores en una forma mixta tanto por problemáticas
(estudios del imaginario o subjetividad social, sociedad y medio ambiente,
seguridad y violencia (antes salud), estudios regionales, estudios de la
población; y una disciplina: educación. Y de ahí cada investigador trabaja de
acuerdo con su perspectiva, que muy pocas veces es realmente
multidisciplinaria. Así, en estudios de la población no se estudian todos los
procesos involucrados en la definición de alguna cuestión de la población, sino
que se practica la demografía y en estudios regionales la geografía (incluso
reducida a mera geografía económica). No es muy diferente lo que ha ocurrido en
el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Humanidades de la UNAM, con
todo y que se encuentran más presionados por estar rodeados físicamente en la
Ciudad Universitaria de las facultades, centros e institutos de ciencias
sociales y humanidades disciplinariamente definidos.
Finalmente la multidisciplina
se impone por la vía de los hechos en las investigaciones aplicadas y vive
precariamente a nivel teórico por el esfuerzo solitario de algunos
investigadores.
8 y 11) ¿De qué manera se articulan los postulados teóricos en la
aplicabilidad del científico social para la solución de problemas sociales?
¿Cómo se evita la distancia entre la teoría y la práctica?
Está mal planteada la cuestión. La teoría no es algo que
se vaya o deba de aplicar en la práctica, en todo caso es algo que se va a
observar o verificar en lo fenomenológico. No es la teoría lo que se debe de
practicar sino el discurso o en todo caso las conclusiones emanadas del pensamiento
abstracto, y de ésta práctica surgiría (se supone) una conclusión teórica que
servirá a su vez para generar una nueva propuesta de acción o actividad. La
teoría significaría formas de explicar los procesos o fenómenos sociales que
ocurren, pero corre el riesgo de hipostasiar el desarrollo real de los
procesos. Un ejemplo es el capítulo 24 del tomo I del Capital, que muestra el
proceso de acumulación originaria del capital, pero que no es la “historia”
real del proceso con el riesgo de que pueda ser tomada como tal (tanto Fernand
Braudel como Immanuel Wallernstein escribirán textos sobre la historia real del
proceso para hacer el contraste). La realidad siempre es más amplia y compleja
que ningún proceso teórico, y acercarse a la realidad simplemente con una
teoría significa recortar y simplificar el proceso real a uno sólo de sus
aspectos o procesos; luego entonces el reto es como abordar lo real sin
simplificarlo y haciendo comprensible su inherente complejidad y fluidez. Eso
entonces obliga a establecer acercamientos que busquen precisamente recuperar
los niveles, formas e interacciones de los procesos del fenómeno estudiado. En
este sentido, además, para no divorciarse de la sociedad real es importante
entender las razones implícitas o evidentes por las que surge el interés por
estudiar determinado tema, fenómeno o acontecimiento. Eso supone hacerse
consciente de lo que Weber llamaba relación a valores, estudiar-se al propio
observador tanto por sus improntas sicológicas (George Deveraux, De la Ansiedad
al Método), culturales, clasistas, étnicas, etc. que le resaltan el tema, como
al propio aparato conceptual con que aborda la temática, por un lado. Y por el
otro lado, estar consciente que el acercamiento se da siempre en tanto hay una
detección de “síntomas” sobre los que los propios grupos sociales pueden estar
llamando la atención. Entonces hay que estudiar no sólo el propio “síntoma”,
sino los elementos que hacen que los grupos sociales involucrados o interesados
lo reconozcan o resalten como tal. De ahí entonces es que se presenta la
cuestión de la evaluación de la “pertinencia” de un tema o sentido de una
investigación social. ¿Para quién o cómo es pertinente un tema o un fenómeno o
proceso entendiendo que la propia definición del tema o del proceso no es un
acto neutro sino que está sobredeterminado por las anteriores cuestiones tanto
personales como sociales del observador y los sujetos sociales locales o
distantes (promotores de políticas, gobiernos, empresas, etc.) involucrados? Y
este proceso de trabajar la pertinencia es la problematización en donde se
decide que temas se dan por dados o que temas se abren, se desconstruyen, se
rastrean para terminar de entender los elementos directos o indirectos que
intervienen en la determinación del hecho, fenómeno o proceso a estudiar. En
ese punto se estudia la articulación, o lo que Karl Mannheim y Max Weber
llamaban la “constelación” particular. Weber es muy específico en afirmar el
carácter específico de las investigaciones sociales, que por lo tanto, no
terminan en una afirmación de aplicabilidad universalizable como una ley
normativa al estilo de las ciencias no intencionales. Las teorías entonces son
sólo elementos auxiliares, llegando Foucault a afirmar que hay que verlas como
meras cajas de herramientas y como elementos y no como los objetos centrales y
últimos del trabajo cuando se realizar una investigación aplicada aunque se
trate de una genealogía o un tema históricamente transversal como los que él
estudiaba. De hecho Foucault demuestra que la manera de abordar la problemática
transforma el problema (de manera análoga al principio de incertidumbre de
Heisenberg).
En este punto es muy importante entender que se trabajan
procesos, que los propios grupos sociales son sujetos, por lo tanto están en
proceso, están cambiando, están siendo afectados por el conocimiento que se
está produciendo y por lo que se les está logrando comunicar; y por lo mismo
debe de entenderse una aproximación tanto pedagógica e informativa de parte del
investigador en tanto influye en la percepción e idea que del mismo fenómeno
tienen los actores (ver Touraine sobre investigación participante); como debe
de estar abierto a captar los conocimientos, percepciones, e intenciones de los
sujetos con los que trabaja, incluso, como recomienda Gramsci, para aprender de
ellos, tiene que entender que la investigación debe de ser una vía de doble
retorno y que a diferencia de los científicos de los procesos no intencionales
se trabaja con elementos que transforman su propia realidad y se transforman a
sí mismos también.
La investigación entonces ya no es una cuestión meramente
una intervención instrumental: “¿cómo conseguir lograr esto o lo otro?”. Sino
que se transforma en un proceso deliberativo asegurando así (ajustando a cada
momento), su pertinencia y eficacia respecto a los grupos sociales
involucrados.
Pero además, hay otro momento en donde estorba el
romanticismo de los mitos de los científicos de estudios de fenómenos no
intencionales y el idealismo de racionalistas (basta demostrar para convencer)
y de quienes convierten a la ciencia en una nueva metafísica evidente por sí
misma. Es el necesario momento de las mediaciones. Cualquier científico que
quiere ver sus propuestas convertidas en acciones sociales que no son otra cosa
que actos políticos, tendrá por supuesto que traducir sus hallazgos,
conocimientos, razonamientos en productos o hechos comunicativos, procesar y
operar la acción comunicativa, y así misma la política en las formas o términos
que convengan al caso, que van desde las más simples deliberaciones con los
grupos interesados a la intervención en medios de comunicación y frente o en instituciones
políticas. En una plática dada en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM,
Carlos Gay explicaba a los estudiantes de licenciatura la mecánica del cambio
climático y las acciones sociales posibles para limitarlo, sin embargo concluía
frente a los próximos sociólogos, politólogos, comunicólogos y diplomáticos:
“no podemos hacer nada porque eso está en el campo de la política y peor aún de
la política internacional”. Hay que romper la ingenuidad e ignorancia respecto
a estos procesos, sobre todo frente a quienes estudian para trabajarlos. Por
ejemplo, cambiar la idea restringida de la política como “competencia por el
poder”, a la idea compleja de la política como “generar organización de
cualquier tipo a cualquier nivel”. La primera ve a la sociedad y los individuos
como medios. La segunda los ve como fines a través de los medios: “los
objetivos para los que se moviliza al grupo”.
8)
experiencia o aportación propia
En 2007 se dio una gran
inundación catastrófica en Tabasco. Se me llamó para trabajar con el gobierno
estatal. Como parte de los medios para impedir una nueva inundación de la
ciudad de Villahermosa, Conagua inició procesos preventivos generando inundaciones
en el estiaje en los pueblos indígenas de la Chontalpa. Me llamaron la
organización de Unión de Pueblos de Centla, el pueblo de Oxiacaque y la ONG,
Comisión de Derechos Humanos de Tabasco. A un grupo de científicos sociales nos
pidió elaborar una historia política reciente del estado para entender la
situación en que se encontraba. Se me pidió hacer una historia de la
“economía”, yo pedí entonces hacer una historia del “desarrollo y la
infraestructura”. Con esa investigación descubrí y demostré que dadas las obras
y razones para hacer las obras de infraestructura hidráulica y para la
explotación petrolera, el sistema territorial del estado estaba tan afectado
que ya no bastaban los sistema de ciclos naturales ecológicos para explicar lo
que pasaba respecto a las formas y niveles que alcanzaban las inundaciones,
sino que estábamos ante un sistema básicamente de funcionamiento artificial, o
sea humanamente determinado. En esa misma lógica, la investigación histórica
descubrió las inconsistencias y causas de las inconsistencias de la
construcción del sistema hidráulico, el proceso de advertencias y críticas
ecológicas, las limitaciones económicas y políticas del proceso, etc. Pero
sobre todo que, a pesar de un excelente diagnóstico y proyección del sistema realizado
por un estudio de 1997; dada la nueva definición de política de desarrollo
regional contraria a la seguida hasta entonces, y bajo la nueva lógica
neoliberal, la protección contra inundaciones, el mantenimiento y conclusión
progresiva del sistema, ya no eran una prioridad federal, por lo que se
abandonó desde 1988 el mantenimiento de las presas y el sistema en general y el
dragado anual de los ríos, que se venía haciendo desde el siglo XIX. Esto
aumentó los impactos negativos territoriales y ecológicos que los sistemas
hidráulico y petrolero estaban teniendo según se había advertido desde los años
70, además de que se oculta todavía información clave como el nivel de baja de
retención de agua por la sedimentación en presas, etc. Con base en esta investigación
se demuestra que el nuevo proyecto PHIT hidráulico sólo buscaba proteger
Villahermosa a costa de sacrificar parte de la Chontalpa, los pueblos indígenas
tradicionales en particular, porque, según dicen sus documentos “el impacto
económico será menor”, pero se esconde que se trata de un hecho programado y se
presenta otra vez como un hecho “meramente natural”. El hecho se hizo real en
2010 con una nueva inundación “atípica”. Con la investigación histórica
demostré que el nuevo proyecto sólo retomaba parcialmente las recomendaciones y
obras a realizar, e incumplía los principios dictaminados por el diagnóstico de
1997 (múltiples salidas del agua al mar). Al encarar al director del proyecto,
director también del Instituto de Ingeniería de la UNAM sobre esto, la
respuesta fue que ello tenían que proyectar con base en el presupuesto que los
políticos le informaban. Mi posición fue que ellos deberían ofrecer la mejor
solución posible (no ocultar el diagnóstico y proyecto original), y sobre esa
base dejar que los políticos lo redujeran a lo posible actual argumentando de
cara a la sociedad. Finalmente, con el cambio de sexenio en 2013, tanto el
gobierno estatal como federal presentan un nuevo proyecto que textualmente
supone: a) la protección integral del estado y b) concebir al agua como un
recurso y no un desecho. Al mismo tiempo se ganaron (legalmente pero no pagadas
todavía) indemnizaciones para los pueblos con esta base. Se encontró también
que nunca se actúa preventivamente frente a las inundaciones y se presentaron
acciones en este sentido que pueden ser operadas tanto por el gobierno estatal,
los municipales y cada comunidad por sí misma. De aplicarse estas medidas en
las comunidades se abatirían casi totalmente las pérdidas económicas
domésticas, un 30% de las que habría en el patrimonio productivo de las
unidades campesinas, y en mucho el sufrimiento humano.
La diferencia respecto a los planteamientos que
resultaron de debió a:
a)
ampliar la escala temporal de la coyuntura
actual hacia la “historia”, buscando la genealogía de los procesos que
determinan las condiciones locales y microlocales.
b)
Determinar el funcionamiento de los sistemas
ecológicos regionales y la interacción histórica progresiva con las
intervenciones territoriales tecnológicas. Lo primero se hizo desde la
tradición oral y el conocimiento campesino/indígena. Lo segundo revisando
viejos informes técnicos, periódicos, haciendo entrevistas y leyendo las
memorias personales de los ingenieros. Como demuestra Foucault, estudiar la
genealogía implica conocer desde adentro las epistemes específicas por lo que
tuve que aprender de ecología e ingeniería. Y significa también, no aprender la
disciplina como un hecho completo y cerrado, sino que la idea de genealogía
justamente apunta a la forma específica en que cierto determinado conocimiento
va siendo producido, cambiado, procesado, divulgado y practicado en los
distintos momentos.
c)
Estudiar la genealogía de los procesos técnico,
tecnológicos ingenieriles para encontrar las otras posibilidades “cerradas” por
el olvido y los discursos políticos.
d)
Establecer una relación de interacciones
sistémicas del proceso de inundación para entender como impacto regional, local
y microlocalmente, para poder actuar a cada escala.
e)
Entender los procesos de inundaciones también
como una sistema de acción entre sujetos sociales, como se han relacionado
tradicionalmente, y las potencialidades alternativas.
12) Ventajas y Desventajas del
enfoque desde lo local que supone el trabajo aplicado.
El problema aquí enunciado parte del
prejuicio de creer que una situación local no tiene determinaciones que superan
la visión recortada al momento actual, el espacio inmediato y los actores
presentes. Aunque se estudie la coyuntura inmediata, para entender el hecho
actual normalmente habrá que abrir la escala de atención, temporal, geográfica,
social, económica y cultural, en el nivel que nos permita encontrar la
explicación requerida sobre el fenómeno de estudio. Así que las supuestas
desventajas parten más de una mala aproximación prejuiciada al fenómeno más que
a una cuestión de escala. La escala inmediata o local es sólo el nivel al cual
aportamos los resultados o las acciones; pero no necesariamente la escala a la
cual debe de ceñirse la investigación. Con los procesos sociales de construcción
de economía mundo iniciados desde el siglo XVI y no se diga con los actuales
procesos de globalización, incluso los lugares considerados “naturales”, son
tales en tanto se determinaron como inaccesibles o económicamente poco
rentables por la tecnología y la interpretación espacial o ecológica del
momento; de la misma manera que actualmente se redefinen respecto a su
valoración económica (siendo la forma hegemónica de concebir la organización
espacial y valoración de espacios y recursos naturales) incluyendo aquella
integrada en el “desarrollo sustentable”; y su accesiblidad y posibilidad de
explotación (factores de mano de obra, infraestructura material y entorno
político local). Entonces incluso los “espacios aislados o remotos”, son
considerados tales y han tenido determinado tratamiento y formas humanas
específicas de actividad, de acuerdo a estos elementos. Entonces la escala
local no significa ignorar los procesos regionales, nacionales o globales; sino
que al contrario, para entender la condición de “local”, hay que estudiar cómo
fue producido ese espacio, entendiendo que todo espacio representable,
enunciable como tal, es precisamente, de una manera u otra, un “espacio
producido” (Henry Lefebvre).
13) El Método como puente
entre disciplinas.
Aquí el concepto clave quizás sea el de
problematización entendida además como la problematización pertinente de
acuerdo con el tema u objetivo buscado. Y como la problematización es una
cuestión extrateórica, pues sí se considera dentro del campo del método. La
diferencia se da entre una problematización meramente teórica: el objeto a
estudiar sólo existe desde una perspectiva teórica específica; o si el objeto,
fenómeno o problema a estudiar existe más allá de un específico campo teórico,
y por el contrario, requerirá la intervención en varias dimensiones de la
realidad, reportadas por diversas perspectivas disciplinarias que requerirán
del concurso de varias teorías. Entonces el método a partir de las exigencias
de la problematización forzosamente será el que permita el concurso de
suficientes disciplinas y conocimientos teóricos que aporten hipótesis sobre
los procesos y hechos que funcionen como determinantes del hecho o fenómeno
objeto de estudio.