PLAN HÍDRICO Y LA SUPERVIVENCIA DEL ESTADO DE TABASCO.
Contexto y
Situación:
Viabilidad de Tabasco:
La historia de Tabasco en el siglo XX es la de la
construcción y destrucción de una región. Lo que está en cuestión es la
viabilidad de Tabasco. Hablamos de sustentabilidad, pero lo que está hoy a
discusión en las instancias de planeación y programación como lo demuestra por
ejemplo el estudio de la CEPAL de la inundación de 2007, es la viabilidad del
estado. Los elementos de problematización de esto son los siguientes:
Teórico-Ideológicos:
-En la globalización los estados nacionales no sostienen a
las regiones, y las regiones compiten entre sí.
-Las regiones que no pueden sustentarse deben de
desaparecer. Es irracional subsidiar el sostenimiento o existencia de una
región que no produce sus propios recursos.
-Los estados compiten por la localización de recursos y
actividades con sus ventajas comparativas (recursos naturales, ambientales,
culturales, localización en redes comerciales, fiscalización amigable, bajo
coste mano de obra).
-Los factores decisivos hoy son: composición sistémica local
de espacios de producción (Clusters) y calidad intelectual y de capacitación de
la mano de obra. Ambos son vistos como “espacio” o “ámbito” general, “contexto”
para desarrollo de actividades. Por eso el desarrollo ahora es “urbano”,
centralizado en espacios urbanos complejos fuentes de iniciativa, innovación,
originalidad y creatividad. Y eso es lo que hoy se entiende por “Cultura”. Por
eso las ciudades globales son “culturales” y la “cultura” es hoy la mayor
fuente de capitalización. Papel central de universidades e instituciones
culturales posmodernas.
Contextuales Nueva Regionalización:
1) En nueva organización espacial Tabasco ya no es la puerta
del Sureste sino mero corredor de paso entre Guatemala-Chiapas al D.F y Sureste
de Estados Unidos.
2) Políticamente se le desconoce su aún importante lugar en
la producción de energía y su derecho a ser resarcido por los costos de
producción de la misma, sobre todo ambientales.
3) En los hechos Tabasco le ha dado la espalda a la
integración Mesoamericana a la economía inmaterial: turismo, cultura y medio
ambiente.
4) Tabasco es inviable por los altos costos para sostener su
sistema hidrológico.
5) Acostumbrados a subsidio federal, Tabasco ha sido siempre
lugar de extracción de capital, nunca de reinversión, sobre todo para sus
propios habitantes.
6) Nulo desarrollo de capital humano local encubierto por
cultura de autocomplacencia y limitación de espacios públicos sociales,
culturales, urbanos y políticos.
7) En las condiciones actuales de ideología y teoría
económica no le ven viabilidad a Tabasco, invertir en obras hidrológicas es
tirar dinero bueno al malo: “la gente se metió al camino del agua y se debe de
salir”. Con menos población Tabasco se vuelve todavía más políticamente
irrelevante en el contexto nacional.
El Reto consiste entonces en:
-producir los recursos para sostener su sistema artificial
de control hidrológico.
-reinsertarse en la nueva organización regional imponiendo
alguna forma propia de centralidad (complejidad y complementariedad productiva
y oferta de servicios complejos) distinta a la asignada programáticamente.
-tiene que hacerlo en el contexto de una devastación
ecológica y escasez de recursos producida por los desarrollos anteriores.
-esto implica una estrategia diversificada que como novedad
necesita desarrollar los elementos sociales y ambientales para el desarrollo de
un capital humano verdaderamente competitivo en términos internacionales
(actualmente no lo es ni a nivel regional), y aprovechar rentable y
sustentablemente sus recursos paisajísticos y culturales.
Tabasco
destaca por ser una región que en el siglo XX fue objeto de varios e
importantes proyectos dirigidos, deliberados, de transformación territorial con
objetivos económicos, en lo que en el siglo XX conocimos como Desarrollo. La
Condición y situación de Tabasco puede entenderse comparando la distancia entre
los proyectos y los diagnósticos. Como diagnósticos contamos con las
recomendaciones de la CNDH y cuando menos dos trabajos científicos: el informe
del Centro de Ecodesarrollo de 1982 y el del Instituto de Naciones Unidas para
el Estudio del Desarrollo Social publicado en 1989. Con esta información
podemos ver claramente la distancia entre la visión del desarrollo como una
mera organización de los factores de producción y sus resultados como
condiciones para la vida en general y la sociedad en particular.
La Situación del Plan Hidráulico actual
Cuando se formuló el proyecto de las obras de control
hidrológico para Tabasco por parte del Ing. Echegaray Bablot quien trabajó
desde 1935 en ello, aunque se tenía la idea de copiar los objetivos de las
obras en el río Tennessee de liberar importantes extensiones de territorio para
actividades económicas, el modelo que se menciona persistentemente es el de
Holanda, donde se tiene consciencia de que se construye una estructura
artificial para mantener libre de agua, incluso estando a una altura menor que
la del mar, un territorio que incluye importantes ciudades. Lo hecho en Tabasco
quiso ser una mezcla de ambos proyectos, pero una diferencia que a largo plazo
ha sido muy importante, es que mientras en el caso holandés se tiene
consciencia de que es un sistema artificial que requiere de permanentes ajustes
y sobre todo mantenimiento, en Tabasco se ha mantenido la falacia de que es una
región todavía totalmente determinada por la naturaleza lo que ha servido para
descuidar la idea de mantenimiento y ajuste. Todavía en los años 80 se
recordaba mucho que la vida de las presas útil de las presas era de alrededor
de 30 años; pero luego, además con el cambio ideológico del neoliberalismo y la
globalización, ahora, por ejemplo, es imposible conseguir la información sobre
como ha bajado la capacidad de almacenamiento de agua en virtud de la
sedimentación, e incluso cuestionados directamente, tanto los ingenieros del
Instituto de Ingeniería de la UNAM y los técnicos de Comisión Federal de
Electricidad y de Conagua dan respuestas de una lógica insostenible y en todo
informe o explicación dan cifras como si las presas todavía retuvieran el 100%
de su capacidad original.
La idea de
mantenimiento y ajuste nos lleva directamente al problema de los costos y del
origen de los recursos para sufragar esos costos. En el caso del río Tennessee
la obra fue financiada centralmente desde otra región que sostiene su costo con
recursos financieros nacionales, pero en el caso de Holanda, los recursos para
sostener el mantenimiento del sistema viene de actividades financieras y
comerciales que la han sostenido. Por eso, considerando los modelos de
desarrollo económico, en toda esta problemática se vuelve central la cuestión
de la producción, origen, distribución y uso de los recursos económicos para el
sostenimiento de este tipo de sistemas. Con la ideología neoliberal, ahora se
espera que cada región se sostenga a sí misma y busque ya no su incorporación a
un sistema nacional como lo logró Tabasco a partir de los años 70, sino que
encuentre su nicho de inserción en espacios macrorregionales de economía global
para obtener recursos. Bajo esta ideología, los documentos de planeación
regional para el Sureste de México, explícitamente no consideran por ejemplo
que el sostenimiento de la sustentabilidad de Tabasco o los problemas del
crecimiento urbano de Cancún deban ser apoyados con recursos provenientes de la
federación o de organismos internacionales. Esta nueva perspectiva se tradujo
inmediatamente, desde el sexenio de Carlos Salinas en que, como ahora se sabe,
se dejó de dar mantenimiento a las presas y en todos los puertos del Golfo de
México se dejó de dragar la boca de los ríos. Esto último, por ejemplo, según
el Secretario de Obras Públicas de Veracruz, explica suficientemente la
inundación nunca vista del centro histórico de Minatitlán. Este tipo de
decisiones basadas meramente en criterios ideológicos financieros, ignoran por
ejemplo, que según demuestra la historia, todos los puertos mexicanos del Golfo
de México fueron obras artificiales sostenidas por un constante mantenimiento
del dragado de las bocas de los ríos desde finales del siglo XIX, son hechos
artificiales.
A
diferencia de Holanda donde se hace motivo de orgullo la artificialidad del
sostenimiento de la región, en Tabasco todavía hasta hoy ha privado el discurso
y la visión de que se trata de una región determinada y dominada por la
naturaleza, y con esto, en su caso, se ha cubierto la responsabilidad de
decisiones u omisiones de técnicos y políticos que han tenido efectos en
inundaciones, como reconoció el ingeniero Rovirosa para el caso de la
inundación urbana de 1979, o como se quiso ocultar la importancia de rellenar
los vasos reguladores y destruir bordos urbanos en la de 1999.
Este
discurso de predominio de lo natural ya desde documentos de 1993, servía para
que la entonces CNA dijera que el problema era que Villahermosa estaba en un
embudo por donde salía la mayor parte del agua de la planicie, sin recordar que
ese embudo en parte fue resultado de la decisión y objetivo de desecar a la
Chontalpa Grande considerando que las obras de los años 50 bastaban para
defender a la ciudad. La consciencia de que se habían concentrado las aguas en
una sola salida, era tan clara que por eso de proyectó y comenzó a construir lo
que en ese tiempo se llamó el Canal Samaria-Golfo, y a cuya inconclusión se le
ha achacado parte de la problemática actual.
El asunto
de los costos tiene que ver porque lo que hoy se presenta como Plan Hídrico
Integral para Tabasco, lo que fue publicado como tal, alrededor de 3 mil
páginas de ensayos varios de diferentes investigadores, con múltiples
contradicciones y sin un informe ejecutivo organizador, en realidad se reduce a
3 conjuntos de obras:
-Las ventanas o escotaduras en el sistema zapotes-Grijalva
-La estructura de control del Macayo que desvía el agua del
río Carrizal al canal Samaria.
-La terminación de la construcción de los dos bordos del
canal Samaria hasta la altura de Oxicaque.
El resultado como está proyectado de esta manera parcial y
como se ha venido construyendo, es, como se hizo evidente en 2010, es que el
objetivo único es la protección de la ciudad de Villahermosa, y a cambio
concentra toda el agua en la zona de la laguna de Santa Anita anegando sin
control todos los pueblos indígenas chontales desde Simón Sarlat hasta
Oxiacaque y Vicente Guerrero. Se presenta como Plan de Acciones Urgentes, pero
en realidad aparece como un plan recortado frente al proyecto original de 1997.
Además, como estrategia para desfogar las presas anticipadamente, desde 2008
hasta 2011 se mantuvieron inundadas las tierras de trabajo de esta zona indígena
fuera de las fechas tradicionales de inundación durante todo el estiaje, desde
abril hasta octubre, quebrando la economía de estas comunidades.
Sin
embargo, el sacrificio de estos pueblos, que en los hechos configura el delito
de etnocidio porque va a terminar obligando a los pueblos yokotanob a emigrar
por hambre, no asegura que en un evento extraordinario, las crecientes mayores
del ciclo decenal, Villahermosa vaya a quedar protegida. Tanto en el documento
de 1997 como en el de 2009 se señala que es un gran error canalizar toda el
agua por una sola salida, pero es lo que se está proyectando en los hechos.
Pero además, si bien el canal Samaria se proyecto originalmente hasta su salida
al mar, incluso en tres posibles versiones, según el plan de 1997, lo que se
está haciendo ahora, y expresado por boca del vocero local de Conagua y el
ingeniero encargado en campo, sólo tiene planes de obras hasta Oxiacaque. Es
decir, que toda el agua del Mezcalapa se transportaría hasta Oxiacaque donde se
liberaría hacia la Laguna Santa Anita, y por el otro lado, cruzando el Grijalva
se canalizaría por las ventanas o escotaduras toda el agua de la zona del Río
de la Sierra y el Tulijá-Chilapilla sobre Simón Sarlat y eventualmente la
laguna Santa Anita. Como podemos ver en el diagrama del PHIT, no se considera
la suerte de estos pueblos, ni se aborda el problema de la salida al mar, que
sí se planteaba en el Plan de 1997.
Pero el
Plan de 2009 menciona que en un evento extraordinario podría bajar una cantidad
de agua semejante a la del Usumacinta que golpearía con toda su fuerza el
Macayo, de ahí rebotaría hacia el Samaría que a su vez avanza nuevamente en
línea recta hacia Villahermosa donde chocando contra un bordo que no está
terminado y tiene una figura visiblemente irregular, daría vuelta en un ángulo
de 90º. Todo un reto para la infraestructura.
El Plan de
2007 en cambio recomienda construir varias opciones de salida al mar que van
desde activar un vertedero adicional desde la presa de Malpaso, con un cauce
que puede conducirse hasta el río Tonalá, se menciona la posibilidad de
conducir agua hacia la Laguna del Rosario y de ahí derivar también hacia el
Tonalá, e incluso la posibilidad de reactivar el Río Seco desviándolo de las
ciudades. Llama la atención, y tiene que ver con el sesgo productivista que se
ha seguido y el carácter de símbolo que tiene el Plan Chontalpa, no se menciona
que es muy clara la posibilidad de canalizar excedentes a través del Plan,
ampliando varios canales. De hecho ya existen dos entradas de agua del
Mezcalapa a la red de canales del Plan, y en enero de 2011 ya Conagua estaba
limpiando el canal El Naranjero que saca el agua del Plan al mar.
Es decir,
que lo que estamos viendo es una visión recortada de las posibilidades de
acciones a tomar incluso desde esta perspectiva de grandes construcciones. La
gente del Instituto de Ingeniería explica que lo desarrollaron con base a las
posibilidades de presupuestación que se les dieron. Y en esto hay que pensar
que se actuó mal desde la perspectiva científica porque en principio el sector
científico tendría que problematizarse libremente todas las posibilidades para
explorar su factibilidad, y después ajustarse a los posible y costeable, y no
al revés. Y sobre todo cuando existe un antecedente como el Plan de 1997, que
aporta otras opciones.
Más allá de
esto ambos planes son criticables y están incompletos por su muy inadecuada y
pobre incorporación de las problemáticas ambientales y sociales. En ninguno se
considera seriamente la prospectiva de los cambios que pueda producir el cambio
climático, no se considera la característica más particular de la planicie
tabasqueña que son sus ciclos metereológico/hidrológicos anuales y decenales,
que son básicos para toda esta problemática.
Por
ejemplo, se dice que nunca se ha operado una estructura de control del Macayo y
que va a ser todo un reto, entre otras cosas se menciona que se hará necesario
mantener el nivel del Carrizal debajo de la estructura al mismo nivel durante
todo el año para que no se caigan los barrancos de las orillas, lo cual en una
región donde hay mareas anuales y diarias como Tabasco será un reto.
Lo que el
PHIT presenta como estudios sociales no son sino meros recuentos demográficos
de la población que de los 28 pueblos que tendrán que ser removidos para el
funcionamiento del Canal Samaria.
Además en
el PHIT no se menciona al río Usumacinta, incluso en el Plan de 1997 sólo se
hace una mención superficial. No ha habido estudios serios sobre la
problemática del Río Usumacinta e incluso el plan de construir 5 presas sobre
el río surgió del Banco Interamericano de Desarrollo como parte del Plan de
Interconexión Eléctrica de Centroamérica que simplemente apuesta a incrementar
la oferta de energía a nivel regional. Pero no se conoce o no es púbico o no
existe el estudio que demuestre que tal energía es necesaria, o que
efectivamente su oferta desencadenará procesos de desarrollo. Eso no esta ni
probado ni demostrado. Lo que sí está demostrado es que se construyen presas en
todo el mundo por meros motivos especulativos para beneficiar a las grandes
constructoras trasnacionales, las obras de John Perkins, nos explican como se
da este proceso. En todo caso, las presas para el Usumacinta jamás han sido
propuestas o planeadas para el control de las inundaciones extraordinarias.
Luego
entonces, se hace necesario que avancemos hacia dos transiciones conceptuales.
La primera, más cercana, es incorporar los criterios ambientales ya ampliamente
conocidos, para el control de las inundaciones extraordinarias, es decir, que
al hablar del Usumacinta consideremos que detener los ciclos anuales y diarios
de marea implican destruir el hábitat único de los Pantanos de Centla, que es
uno de los mayores recursos de desarrollo moderno, en el sentido de su
aprovechamiento paisajístico, turístico y científico con que cuenta Tabasco; y
por supuesto, no destruir ni la selva Guatemalteca ni las zonas arqueológicas a
ambos lados de la ribera, ni el cañón de Boca del Cerro. En el lado del
Grijalva, se hace necesario también incorporar de manera seria estos elementos
y rompiendo la ilusión tecnocrática de las grandes obras monumentales, hacer
grandes programas integrales de reforestación, de cuidado de la cobertura
vegetal y conservación de suelos, más desazolvamiento de los cientos de canales
pequeños, y corregir todas las retenciones de agua y distorsiones que
provocaron en los años 70 y 80 los caminos, canales y ductos de PEMEX para
rerracionalizar la circulación de agua. Esto es posible, viable y se tiene que
hacer apoyando a los propietarios y usuarios de la tierra, desde los grandes
hasta los pequeños campesinos y hasta a los pescadores libres que explotan
racionalmente los pantanos con técnicas y actividades tradicionales.
Esto
también se tiene que apoyar con formas nuevas de asociación para la producción
para aprovechar las nuevas actividades rentables de la globalización como son
el turismo cultural y el turismo ambiental que sólo se hace posible asociando a
las comunidades con los grandes transportadores y hoteleros turísticos, es un
gran reto dada la experiencia estatal, pero es un paso difícil y necesario; que
en lo cultural, y ya incluso a nivel urbano, se hace necesario, que como en
Campeche y Yucatán, los capitalistas privados locales inviertan en
infraestructura y ornamentos, atractivos y actividades que constituyen los
atractores del turismo contemporáneo.
Dadas las
condiciones ambientales, se hace necesario también que se le de una vuelta al
revés a la costumbre económica tabasqueña de basar todo en la extracción y
explotación de recursos necesarios con un nulo desarrollo de la calidad del
capital social, para lograr un desarrollo de actividades de la economía
inmaterial, de la sociedad de la comunicación y de la cultura, dada la
imposibilidad e inadecuación del desarrollo de industria pesada; sin dejar, por
supuesto de aprovechar el lugar todavía muy central que tiene la actividad
petrolera y gasera en la región, pero respetando las normativas ambientales
para que deje de generar el impacto suicida que sigue teniendo en el área.
Y
finalmente, los más difícil, tenemos que imaginar, crear, inventar, la manera
de dejar de ver al agua como un excedente del cual sólo queremos deshacernos,
para entenderla, verla y aprovecharla como un recurso en la nueva economía y
situación del siglo XXI.