martes, 17 de octubre de 2017


Estrategias Perversas de utilización de las políticas de género.



El centro de investigación está dirigido por una connotada feminista que no sólo ha hecho y hace investigaciones, incluso, más “con perspectiva de género”, que de género o feministas en sí mismas, pero su militancia feminista no se ha quedado en expresiones de abajo firmante o en sus ensayos publicados, sino que ha intervenido en situaciones, y ha sido parte de un grupo político que sin decir ha hecho mucho y derrotado dentro de su propio partido con su principal líder exiliada logró muchos avances que se convirtieron en legislaciones y en visibilización de situaciones que antes no existía en este país. Su segunda de abordo, al mismo tiempo es también igualmente una feminista que imparte seminarios sobre el tema y fomenta el cambio de las relaciones cara a cara y en espacios cercanos e íntimos. Y de los cuatro altos funcionarios, la tercera, aunque no es militante feminista es también una mujer y muy apegada a la Directora.

            De pronto un día, los pasillos del Centro aparecieron adornados con hojas de papel bond tamaño carta con los letreros: “Alto al hostigamiento sexual en el Centro”, “No porque te salude te da derecho a besarme o tocarme”. Por supuesto, todo mundo se extraño. Y todo mundo inmediatamente pensó que si algo había pasado tendría que haber sido a una de las jóvenes pasantes o de servicio social o contratadas por proyecto que no conocían al Centro ni mucho menos a su Dirección. Y que además no sabía que hacía más de diez años ese tipo de cosas se discutía y arreglaban públicamente en el Centro. Todo mundo dio por descontado que la cosa se arreglara con hablar con la Directora y una sanción al compañero que hubiera hecho algo del tamaño de la ofensa.  De hecho tan hiiperconsciente es el Centro que varios compañeros discutían si protestar por un cartel del Sindicato donde invitaban a los gordos a entrar a una terapia que iban a impartir que mostraba la caricatura de un gordo ridículo.

            Sin embargo, en la siguiente reunión del Colegio Académico, no fue una mujer la que denunció el caso, sino un compañero hombre que comenzó diciendo que toda la Universidad estaba escandalizada por el hecho de que en el Centro -que está en una zona alejada del resto de las instalaciones- ocurrieran abusos sexuales como los denunciados. La respuesta general de todos los presentes fue que la compañera presentara su caso como ya había ocurrido por hechos anteriores varias veces cada vez que alguien consideraba que pasaba algo que ofendía a las compañeras como el tipo de pantallas de protección que aparecía en algunas computadoras o un calendario que tenía un contador en la parte de atrás de la puerta de su oficina (el escándalo se apagó cuando la jefa de biblioteca, una señora de más de sesenta años defendió su derecho a tener desnudos en su pantalla de computadora. Tenía una foto del David de Miguel Angel).

            El compañero denunciante explicó que tomaba la voz de la compañera ofendida para protegerla porque temía la reacción que podrían tener las autoridades y los compañeros y se presentó a sí mismo como aliado siempre de las mujeres y como prueba estaba los temas de su investigaciones que tenían que ver con violencia de género. Y en efecto, se trata de un investigador que hace trabajos de violencia de género, un  reconocido sociólogo “como debe de ser”, garantizado y legitimado por múltiples premios otorgados por instituciones oficiales por lo mismo, es decir, alguien que vive de los problemas de la gente (pobreza, anomia, violencia, etc.) y que siempre recibe los financiamientos de los programas de investigación de las mismas instituciones porque sus investigaciones siempre “les gustan”; y que por lo mismo hace política en el Centro todos los días directamente o a través de su equipo, formado por mujeres, además extranjeras (dependen los primeros años del contrato con su investigación para renovar su visa de trabajo) luchando para que la Universidad no se quede con ninguna parte (15% por reglamento) de los contratos de investigación que consigue. Con ese fin siempre buscan tener miembros o miembras de su grupo en los órganos de representación y administración para en los hechos, como ocurrió con una directora anterior, coptar todas sus decisiones al mayoritearla en estos órganos, eso sí, a cambio de cederle su parte de contratos con las otras instituciones. Los resultados de todas estas investigaciones, por supuesto, siempre terminan coincidiendo con los diagnósticos y las políticas de las mismas investigaciones y son un insumo valiosísimo para los funcionarios de esas otras instituciones para justificar lo que hacen o dejan de hacer y sobre todo para justificar partidas presupuestales ejercidas o no.

            El escándalo se desinfló cuando las compañeras presentes, la mayoría feministas también, le informaron que lo que estaba haciendo se conoce en las políticas de género como “patronizing” (tratar con aparente amabilidad a alguien demostrando la presuposición de la superioridad de quien ejerce la acción) y “mansplaining” (que el diccionario Merriam-Webster dice que ocurre cuando un hombre habla condescendientemente a alguien -especialmente una mujer- acerca de lo que considera que no tiene suficiente conocimiento con la asunción de que sabe más que la otra persona puede entender). Y que bastaba que la persona interesada u ofendida, “si existía”, pasara con toda la discreción que quisiera a hablar con la directora.  Ya en ese momento todo mundo dudo de que realmente hubiera existido la persona y la acción dada la negativa del defendedor de invitarla a la reunión para públicamente regañar o proceder con lo que fuera necesario con el compañero ofensor como había pasado en situaciones semejantes antes. Y por supuesto no ocurrió pero el daño estaba hecho porque el mismo personaje se encargó de publicitar en el resto de la Universidad que en una institución dirigida por feministas había acoso sexual contra mujeres.

sábado, 14 de octubre de 2017

Los abusos en la industria cinematográfica como problema cognitivo

En los procesos de conocimiento hay un efecto de distorsión muy conocido que se da por casarse de antemano con un marco explicativo o paradigma en una situación en que diversos Marcos o formas de explicación tienen sus propios elementos de verificación y pueden entonces, como explica Foucault producir cada uno sus efectos de verdad (e incluso complementarse, combinarse y sumarse antes que excluirse). Entre los comentarios que buscan explicar la permanente conducta abusiva del empresario del cine que está siendo denunciado por muchas actrices, por ejemplo, sobresalen dos tipos de explicaciones: una que se encuadra en una cuestión genérica y que habla de un machismo excesivo por parte de personaje (versión Emma Thompson); y otra que hace más referencia a un marco de acomplejamiento y status (versión de Sean Young). En todo caso nunca debemos prejuzgar solo sobre el error de investigar a partir de una teoría, sino que en función de la información buscar las teorías que mejor expliquen los elementos y mecánicas del proceso. Un detalle de información importante es que todas las victimas del acoso y abuso en cualquier grado sintieron que estaban en una situación en la que no podían evitar relacionarse con el tipo, con lo que parece que hay un elemento sistémico/institucional (situación que también describe Emma Thompson) por una parte, que no descarga de la responsabilidad y dolo al individuo pero que impersonalmente actúa sobre la víctima obligándola a exponerse (como describe Bauman que funciona el actual mercado laboral de la sociedad de consumo) y por otro lado un componente voluntario de participación en el sistema (enfermo y abusivo como es) por parte de la víctima que tiene que ver con un proceso más complejo y sutil que describe Judith Butler con relación a la  condición de "desposesion" (de la soberanía del sujeto que se siente entonces compelido, etc. explicar esa sensación de ambigüedad ante la conciencia y posibilidad del abuso o la acción reivindicativa: permanecer o salir, acceder o resistir). Emma Thompson también habla de esto: " It's about how we can avoid that power. That's a power struggle. That's not about their decision being a wrong decision. That's about the system being so wrong that their only choice, they see their only choice to be, this choice is not a choice in fact. It's about power. It's about how am I,  I have no power."  

Emma Thompson: 
“I don’t think you can describe him as a sex addict, he’s a predator. That’s different. He’s at the top of, as it were the ladder of, a system of harassment and belittlement and bullying and interference. This has been part of our world, women’s world, since time immemorial.
“So what we need to start talking about is the crisis in masculinity, the crisis of extreme masculinity which is this sort of behaviour.”
Asked if she thought producers, directors or agents were pushing women into Weinstein’s professional path while knowing of his behaviour, she responded: “Isn’t it the same story as Jimmy Savile? If someone’s powerful, you can say, as the nurses used to do in those hospitals, ‘Be careful, be careful, pretend you’re asleep.’ So some of the agents may have said, ‘Look he’s a little bit … He’s a little bit oily, he’s a little bit this. Don’t worry. Again, he might pester you a bit. But, you know, go in’,” she said.

Sean Young: 
On the subject of women in Hollywood, her response is pure Sean Young. “Of course if I were a man I’d have been treated better. Duh.” She goes on: “Why are the dudes that run Hollywood incapable of honouring the women any more? Maybe it’s because all these dudes were not the first choice of the women of their youths […] But they can make it in tinseltown and perpetuate the desperate delusion that they are powerful.”


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