martes, 27 de diciembre de 2022

 Soñé que me despertaban los ruidos que hacía una inquilina. La luz del comedor estaba encendida. Había una motocicleta BMW eléctrica cargando en el contacto de luz del comedor. Antes de que pudiera preguntar qué pasaba apareció una mujer recién arreglada, perfumada y maquillada como para salir, con un peinado moderno de las sienes rapadas y el cabello parado como punk del siglo pasado. Como me vas a pagar, le pregunté. Con besos respondió ofreciéndome la mejilla. Pero yo la besé en la boca, la abracé y mis manos resbalaron fluidamente por el calor de su vestido y sus medias.

domingo, 25 de diciembre de 2022

Cuento de navidad

La jovencita tiene unos ojos color del cielo de invierno en Cuernavaca. Cuando le platiqué que trabajaba sobre catástrofes me contó que en el pueblo del sur donde sus padres tienen unas farmacias, cuando no tiembla se inunda: siempre está en reconstrucción. Me dijo que aunque acaba de terminar una carrera científica le gusta la literatura. Y al ver el libro que levanté de la mesa, agregó que no entendía porque la gente admiraba a Bukowski, que a ella no le decía nada, que no lo pudo leer.  Me reí y me preguntó porque lo hacía. Antes de poder contestarle, al ver que ponía una mano sobre La Tregua, me dijo que esa era una novela machista. “Si”, le respondí, “pero me recuerda a Montevideo”. “Conoce?”, insistió. “No, ni falta me hace”, respondí. Por supuesto tampoco podría entender que Benedetti le prometió una Avellaneda a todos los hombres de mi generación. Le pregunté si tendría La Espuma de los Días de Boris Vian, respondió que nunca la había oído mencionar. Supuse que esa si podrían entenderla sus ojos color de cielo.