“La
técnica traicionó a la humanidad e hizo del lecho nupcial un mar de sangre”.
Walter
Benjamin.
“El conocimiento se ve desbordado por la rapidez de los
cambios contemporáneos y por la complejidad propia de la globalización. Se dan
innumerables inter-retro-acciones entre procesos extremadamente diversos
(económicos, ecológicos, sociales, demográficos, políticos, ideológicos,
religiosos, etc.).
Finalmente, nosotros, los habitantes del mundo…
occidentalizado, sufrimos … dos tipos de carencias cognitivas:
-la ceguera propia de un modo de conocimiento que, al
compartimentar los saberes, desintegra los problemas fundamentales y globales
que exigen un conocimiento interdisciplinar;
-el occidentalocentrismo, que nos coloca en trono de la
racionalidad y nos da la ilusión de poseer lo universal.
Por lo tanto, no es sólo nuestra ignorancia, también es
nuestro conocimiento lo que nos ciega.
Edgar
Morin. La Vía para el Futuro de la Humanidad.
“El propósito de la historia es mantener junto el tiempo,
para que todos seamos hermanos y compañeros en la misma búsqueda y en la misma
conquista del tiempo”.
Osip
Mandelstam.
Elementos para la Definición del Carácter de un Centro
que produzca Conocimiento Pertinente a la Región.
En la coyuntura reciente tanto
organismos financieros internacionales, como corporaciones privadas
internacionales y nacionales, los actuales poderes fácticos que rigen a nuestra
sociedad, pusieron en duda la viabilidad del Estado de Tabasco. En el siglo
pasado Tabasco pasó de ser un lugar de reto agonístico para la supervivencia a
una región ejemplar del éxito del desarrollo, importante fuente de producción
de riqueza, y finalmente a la posibilidad de desaparecer como región habitable.
El principio básico e inexcusable que
tiene que regir un nuevo centro de investigación científica instalado aquí es el
de producir conocimiento pertinente para la sociedad regional, dar explicaciones y respuestas para la
supervivencia y el buen vivir a esta población. El Centro tiene que encontrar
alternativas para las problemáticas económicas, ambientales y sociales de la
región en un contexto de transición energética, recomposición económica
regional, agotamiento de la infraestructura de protección, devastación
ecológica, alta inseguridad ciudadana y mucha contaminación.
Estos cuatro momentos de la historia
se caracterizan por la manera en que se ha asumido la posibilidad de subsistir
en y frente al particular medio ambiente local. Bolívar Echeverría describió
con exactitud la disyuntiva que en estos casos confronta todo grupo humano:
“El
primer modo de perseverar…comienza con un desafío que respeta la “subjetividad
otra” de lo otro en la vigencia que esto otro mantiene al estar presente como
fysis (natura) o creación perpetua; avanza por la afirmación del carácter
contingente y aleatorio de la identidad del sujeto y de su cosmos en medio de
lo otro. El segundo modo avanza por la anulación de la otredad de lo otro y su
conversión en un “caos” o naturaleza salvaje por conquistar y domesticar; pasa
por la afirmación del carácter absolutamente necesario de la identidad del
sujeto y su cosmos y por la subordinación de la realidad de lo otro a esa
necesidad. El primero se encamina a encontrar para el sujeto y su cosmos en
lugar propio en medio de lo otro, mientras el segundo se dirige a someter lo
otro al sujeto y a integrarlo dentro del cosmos” .
Para definir el reto de este nuevo
centro de investigación tenemos que romper los límites de nuestra cultura local,
la ideología “insular”, y vernos desde afuera. Tabasco se conoció a nivel
mundial primero por una novela que expuso el drama del apasionamiento político
en el trópico mexicano,
luego por ser un lugar de riqueza petrolera y por ende de éxito de lo que
llamamos desarrollo; pero al mismo tiempo porque ese éxito se tradujo en
devastación ecológica y crisis social. La necesidad de estudiar casos como el
de Tabasco, llevó a generar el paradigma
que hoy conocemos como “Desarrollo Sustentable”, justo para evitar que volviera
a ocurrir lo que pasó aquí en los años 70.
En los términos expuestos arriba, a proponer avanzar en el primer modo de
prevalecer revirtiendo los daños ocasionados por seguir el segundo. En el campo
de la práctica técnica científica se señaló como el mayor error reducir el
conocimiento de lo ambiental y lo social a meras estrategias de manipulación y
control, pura ingeniería social y ambiental que nos llevaron al desastre actual
que sólo podemos entender bajo el rubro teórico de “sociedad del riesgo”.
En la respuesta al reto local esto
se cristalizó en sendos estudios promovidos respectivamente por el Banco
Interamericano de Desarrollo,
el Instituto de Investigaciones de las Naciones Unidas para el Desarrollo
Social y
el Centro de Ecodesarrollo.
Estos 3 estudios coincidieron que
para entender y promover la sustentabilidad regional eran imprescindible seguir
3 principios en el proceso de investigación:
-Complejidad.
-Interdisciplina.
-Procesualidad
Espacial o Regionalización Pertinente a los procesos.
La Complejidad parte de la idea de
que no es posible entender ningún fenómeno relevante si no lo entendemos como
un hecho procesual, determinado por múltiples condiciones de diferentes
naturalezas y distintas escalas que se combinan de una manera específica en el
caso dado. Luego entonces lo que más importa es lograr entender la combinación
de sucesos, hechos, procesos y los niveles en que estos se dan y actúan para
comprender el fenómeno concreto a estudiar. Esto implica una visión sistémica
en tanto es necesario encontrar los límites y formas de interacción de los
procesos diversos, pero no necesariamente su reducción a una lógica sistémica,
por eso son complejos y dinámicos (no porque su comportamiento no sea lineal).
Implica de manera relevante tanto respetar y tratar de conocer la
diferencialidad específica tanto de cada hecho, conjunto de hechos y procesos
sin reducir ninguno de estos a la lógica de uno sólo de ellos, sino entender
los detalles precisos de la combinación, interacción, relación, conjunción o
conflicto entre éstos, de de sus escalas. Supone además, por lo tanto,
considerar dentro del campo de definición, construcción y acción de los procesos
la intervención de la subjetividad humana tanto como acción como percepción
cognitiva y proyectiva, y de manera muy principal la relación e intervención de
sistemas de conocimiento y saberes, particularmente los de quienes participan
en el proceso de conocimiento, es decir, los propios observadores u operadores
del proceso inquisitivo.
Sobre esta base, entonces, aisladas,
las disciplinas de conocimiento especializado sólo pueden intervenir en
momentos precisos del fenómeno, siendo necesario para la comprensión de
cualquier fenómeno una visión superior externa a una sola disciplina ya sea
mediante el desarrollo y acción de gente capacitada interdisciplinariamente, o
a través de un proceso de cooperación multidisciplinaria que desemboque
necesariamente en el conocimiento interdisciplinario, dado que la realidad no
se rige por las distinciones disciplinarias de la academia. Normalmente, el
proceso científico tradicional resulta altamente insatisfactorio o se convierte
en una intervención destructiva de la diversidad de la realidad porque reduce
su campo de visión a los elementos de una sola disciplina, o reduce los
elementos de otro tipo de procesos a su propia regla, ejerciendo así violencia
simbólica que en la acción se convierte en violencia a secas.
Y en esta misma lógica es importante
entender tanto los elementos del fenómeno que son determinados localmente, como
aquellos que son determinados por procesos cuyos orígenes e incluso activadores
u operadores pueden estar lejos tanto en el sentido geográfico como en el
sentido temporal; o también que pueden estar lejos geográficamente pero ser
inmediatos en el tiempo. Hay que comprender los fenómenos en sus escalas
apropiadas, globales, internacionales, macrorregionales, nacionales,
regionales, locales, etc. y en la combinación de escalas que los
contextualizan.
Los tres estudios como las muy
importantes evaluaciones locales realizadas anteriormente por el Centro de
Ecodesarrollo
compartieron otra conclusión de central importancia: gran parte del impacto ambiental
negativo se debía a definir tanto la cobertura vegetal como el exceso relativo
de agua como algo a eliminar. Frente a esto, como mínimo señalaron la necesidad
de cambiar el paradigma mental, disciplinario y cultural hacia uno en que ambas
cosas sean vistas, tratadas y manipuladas como un recurso, una riqueza y no
como un obstáculo. Estos estudios señalan la enorme limitación que significó
apostar a grandes obras centralizadas de infraestructura de eficacia temporal
limitada contra una política más diseminada de acciones de conservación de
tierras basadas en la intervención en pequeñas propiedades y niveles
microlocales de control.
Con esta base y los elementos
específicos del caso tabasqueño que ennumeramos más abajo, podemos definir de
entrada que un Centro que pretende generar conocimiento pertinente a la región
deberá como mínimo:
-Organizarse en
función de problemáticas y no de disciplinas.
-Trabajar mediante
equipos ocupados en proyectos colectivos interdisciplinarios.
-Trabajar en acuerdo
con redes de investigadores e investigaciones metarregionales e internacionales
que le permitan tanto la actualización teórica como la contextualización
adecuada de los fenómenos estudiados.
-Partir en la
definición de sus proyectos de una perspectiva de regionalización adecuada a
los procesos que determinan el fenómeno o caso a estudiar.
-Plantearse como
tarea central generar un nuevo paradigma de comprensión y acción donde la
cobertura vegetal y el agua sean vistos y aprovechados como recursos.
Para lograr su objetivo el Centro
deberá también tener dos características contextuales imprescindibles para su
actividad: una autonomía total respecto a las instituciones y personalidades
políticas y empresariales y generar espacios, círculos y redes sociales locales
de deliberación intelectual. Ningún centro de investigación puede generar
conocimiento trascendente si no se apoya en un ambiente social externo de
deliberación e intercambio intelectual.
Elementos Constitutivos del Caso Tabasco:
1).- La problemática regional
está determinada por la configuración de una situación debida principalmente a
la intervención y acción tecnológica en sus procesos ambientales y sociales
determinada por una forma particular de inserción en la división internacional
del trabajo que a partir de los años 50 lo incluyó como un espacio subordinado
a nivel nacional e internacional.
2).- La situación
específica de Tabasco comenzó a configurarse primero por la política seguida
tras la segunda guerra mundial que por un lado implicó lo que en su forma sería
lo que conocemos hoy como desarrollismo, y en relación a su dinámica espacial produjo
la incorporación subordinada de los trópicos a la producción económica. En el
caso de México significó la aparición del concepto cultural-económico-simbólico
(cronotopo en el sentido de Mihail Bajtín) del “Sureste”.
3).- En el caso
específico de Tabasco esto se tradujo en la política de colonización de la
selva y su transformación en espacios productivos agropecuarios tras la
desforestación intensiva y extensiva; y en la necesidad de controlar la
dinámica hidrológica, particularmente la fluvial y la desecación masiva de
humedales sin respeto por los ecosistemas locales. La selva, los humedales y el
agua fueron definidos como obstáculos. La selva fue arrasada y desde entonces
ha privado la política de deshacerse del agua lo más pronto posible.
4) Las inundaciones decenales
catastróficas que desde principios del siglo XX José N. Rovirosa había identificado
como correlacionadas con los ciclos de las manchas solares y la alta morbilidad
que determinaba el exceso de humedad del trópico, definido como la combinación
de zonas precisamente de alta humedad y calor combinados, determinaban una
consciencia imperiosa de humanizar o someter a la naturaleza.
5) Sobre esta
condición y considerando el ejemplo del desarrollo económico mediante la reconfiguración
del territorio interviniendo en los procesos hídricos siguiendo los ejemplos de
la Comisión del Tennessee y de Holanda, a partir de estudios realizados desde
1935, se diseñó un Plan de Control Hidráulico basado en grandes presas
hidroeléctricas, cuya construcción se inició en los años 50 y terminó en los
años 80. Dentro del proyecto hubo un fuerte forcejeo sobre las decisiones de
uso de suelos y organización de sus formas de producción entre el esquema
campesinista básicamente agrícola de una nueva Holanda del Ing. Luis Echegaray Bablot
y el de ocupación especializada en la ganadería impulsado por los organismos
financieros internacionales bajo el esquema de integración regional
norteamericana donde el norte de México produciría carne para Estados Unidos y
la planicie del Golfo de México para el D.F. La inclinación a la segunda opción
se tradujo en un importante impacto ambiental que significó ya para finales de
los años 80 la desaparición de la selva en la región.
6) La Planicie del
Golfo de México desde Alvarado hasta Champotón y particularmente en el espacio
entre el río Coatzacoalcos y Laguna de Términos constituía un sistema natural
en el que el agua de mar entraba a tierra hasta 60 kilómetros, por ejemplo en
el Usumacinta, durante el estiaje, mientras en Otoño e Invierno, los huracanes
y frentes fríos saturaban con lluvia las tierras altas de Chiapas y Guatemala,
que bajaban como inundación normal estacional de una lámina de agua cubriendo
toda la planicie. Sumado a esto estaban el ciclo decenal de fuertes
inundaciones. Este sistema complejo tenía su complemento natural en una
complejidad ecológica extremadamente rica con los más importantes humedales de
Centroamérica y lo que los cronistas españoles llamaron una inusitada “copia”
de especies vegetales y animales. Expulsados desde el siglo XVI a los pantanos,
la población indígena, los Yokot’anob, elaboraron todo un estilo de vida
apropiado a esta situación y ritmo. El sistema de presas, como lo documentaron
los trabajos mencionados, evitó las inundaciones catastróficas hasta 1995 y liberó
amplios territorios para actividades agropecuarias modernas especializadas;
pero al mismo tiempo, vino a destruir este sistema complejo de alta
productividad ecológica y cultural. Se recurrió al ejército para cuadricular la
vida de los campesinos de la Chontalpa y el resto, sobre todo los Yokot’anob,
sufrieron el cambio del régimen hídrico. Fue el momento en que la región quedó
sometida a la acción tecnológica y en términos económicos se pasó de la
rentabilidad natural a la tecnológica (Ver Bolívar Echeverría, ibid.)
7) La explotación
petrolera tuvo dos etapas principales, detenido por las leyes impositivas
locales de Garrido en su etapa privada, se desarrolló regionalmente de manera
progresiva pero no del todo intrusiva hasta los años 70, en que el alza de los
precios del crudo por el embargo árabe, hicieron rentable el rescate de los
yacimientos del Mezozoico. Para cubrir el hueco del petróleo árabe y
supuestamente aprovechar la ventana de oportunidad, la exploración y
explotación se hizo a un ritmo acelerado que impacto extensa e intensivamente
de manera negativa el medio ambiente, la economía y a la organización social
regional. Sumado a la corrupción e imposiciones políticas esto se tradujo en un
agudo conflicto social y en 1992, la Comisión Nacional de Derechos Humanos calificó
todo el proceso, incluyendo la inoperancia y corrupción con las
indemnizaciones, como una violación a nivel regional de los Derechos Humanos.
En su tercera etapa, aún siendo importante la producción, la derrama económica
ha y el empleo han disminuido, pero no así el impacto ambiental que produce y
acumula.
9) A partir de 1992
se abrió una nueva etapa en la que comenzó la implementación de políticas de
apertura de mercados y reorganización económica donde el alcance regional de
las actividades se definió desde Puebla hasta Panamá, y en lo que ahora es
llamada Mesoamérica. Esta etapa se caracteriza tanto por una crisis de las
economías campesinas, una baja en la rentabilidad de la ganadería local, una
crisis ambiental por la desforestación combinada por el impacto de violentas
tormentas tropicales, por una redifinición programática de la zona como
productora de energía, zona de conservación ambiental y de desarrollo
turístico; teniendo como resultados concomitantes, entre otros, el control
microlocal por parte del crimen organizado y un proceso importantísimo de
despoblamiento y migración ilegal.
10) A diferencia de los otros estados del Sureste
Tabasco no desarrolló infraestructura turística por la devastación de sus
recursos ambientales y urbano-culturales como por la falta de visión, interés y
capital humano, y a lo largo del nuevo siglo ha sufrido un impacto incrementado
de las otras problemáticas regionales; mostrando desde
1994 un descenso en sus indicadores de actividad económica y bienestar.
11) A partir de 1995
se hizo evidente que el sistema de control de las inundaciones catastróficas ya
no era operante, en 1997
se hizo un estudio de gran visión que definió criterios generales para su
reestructuración, tras otra crisis en 1999 se inició la construcción de un
nuevo sistema, que en 2007, tras la gran inundación se encontró que no se había
completado. Tras este año, la estrategia de control seguida, provocando
inundaciones permanentes en las tierras tradicionales Yokot’anob, y una
planeación y construcción parcial que no cumple con los principios del estudio
de 1997, han tenido nuevamente como resultado una nueva recomendación de parte
de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la advertencia de que estamos
ante un proceso de etnocidio. La inundación de 2007 también hizo evidente que
una gran carencia del Estado para un desarrollo moderno es su falta de una
sociedad civil capaz de hacerse cargo de sí misma y controlar los procesos
políticos.
En conclusión lo más importante es
que el nuevo centro tendría que terminar con el divorcio de los 2 hemisferios
cerebrales con el que se ha trabajado hasta ahora provocando la destrucción y
riesgo que vivimos en el orden ambiental (del que en todos sus niveles lo
energético es contenido básico), y en el social; es decir, ya no abordar los
diagnósticos y propuestas
físico-técnicas, separadas de los procesos sociales. Necesidad imperiosa si
vemos las enormes contradicciones de los documentos publicados como PHIT, y que
a muy temprana fecha ya en su ejecución anuncia seguir los mismos errores que
se denunciaban hace 40 años.
Ver, Ronald Nigh y Carlos Incháustegui, Los Mayas Chontales y el Proceso de Modernización;
Una Responsabilidad Nacional, Centro de Ecodesarrollo, México, 1981; Alejandro
Toledo, Petróleo y Ecodesarrollo en el Sureste de México, Centro de
Ecodesarrollo, México, 1982; Rodolfo Uribe Iniesta, La Transición entre el
Desarrollismo y la Globalización: Ensamblando Tabasco, CRIM UNAM, 2003; Rodolfo
Uribe Iniesta, “La
Novela de la Abundancia de los Yokot’anob de Tabasco: narrativa y producción de
la Vida de Acuerdo con el Sistema de la Ofrenda” En Tabasco: Antiguas Letras,
Nuevas Voces. Mario Humberto Ruz (Editor), Centro Estudios Mayas, Unam. 2005.