martes, 2 de junio de 2015


Cuauhtémoc presidente, el primer día.
 

Podría decir que era otra mañana más en la Ciudad de la Eterna Primavera donde ante todo los rayos inclinados del sol se filtraban entre las grandes frondas de los árboles enormes que sobrepasaban con mucho las bardas, algunas de piedra, otras revocadas en blanco y con ladrillo rojo de las grandes casas del centro, y se escuchaba un escándalo lujurioso de aves madrugadoras; pero mentiría. Eso sería algo de otros tiempos, claramente, del siglo pasado cuando menos, cuando en la ciudad los amaneceres eran más frescos y aunque ya había mucho tráfico no era el atasco que se hace ahora a pesar de que hay que reconocer que se tienen más vialidades…antes todo se reducía a la bajada por Zapata y Obregón hasta retomar Morelos Sur hacia Acapulco, y al revés para subir todo iba por Morelos y Zapata, apenas se usaba el bulevar Juárez porque no había actividades comerciales sino grandes casas rodeadas también de grandes jardines, y apenas, en sentido horizontal, se usaba el viaducto y circuito del túnel por falta de puentes, y por ahí la otra gran bajada y subida de Domingo Diez y Plan de Ayala para salir hacia Jiutepec y Cuautla…Era una ciudad aparentemente sencilla aunque en realidad como ahora el riesgo de perderse en sus sutiles laberintos, el mercado, la Carolina, Volcanes, Sacatierra, etc., ya era el mismo.

            Si Cuauhtémoc tuviera el hábito de la lectura y además se hubiera preparado sobre la ciudad a la que se candidateó para gobernar, y más aún, hubiera hecho lecturas históricas, sabría que como lo dejaron por escrito Guillermo Prieto y la Condesa de la Barca entre otros, para la gente del siglo XIX, Morelos era la selva y el trópico, poco menos que el inicio de la barbarie. De hecho, la entrada en territorio de peligro por la dificultad de los caminos comenzaba apenas abandonar San Agustín de las Cuevas o sea el pueblo de Tlalpan y remontar la sierra del Ajusco. Pocas veces se llegaba a la Venta, a la mitad del camino más allá de Parrés, sin sufrir un asalto. Más o menos lo que pasa ahora con la carretera de Huitzilac-Lagunas de Zempoala y Chalma-Malinalco si no se tiene suerte y lo que antes era sobre todo “leyenda urbana” desde hace 10 años se convirtió en nota roja frecuente. Parece mentira que para la gente de mediana y alta edad todos lo que ahora conocemos como Bosque de Agua desde Oaxtepec hasta Malinalco, Xochimilco y el Ajusco, eran casi como sus jardines familiares de los domingos. Bastaba sacar el coche de la carretera, extender un mantel y en cualquier lugar, cañadita o sombra, con vista al Ajusco o a los volcanes, se tenía una comida familiar y se podían caminar horas en cualquier dirección e incluso perderse en el bosque sin mayor temor que el de que llegara el frío y la noche. ¿Quién no tuvo una escapada romántica al mirador de la carretera vieja sin más temor que tener que desembolsar un billete a dos polis engabanados y muertos de frío acompletándose la quincena? Ahora hemos visto como excursiones enteras de ciclistas son secuestradas en el Ajusco, o esperadas tras el cruce de la sierra, en la cuesta de Tepoztlán, para ser despojados de todo. Del siglo XIX al siglo XXI volvimos al temor del mal encuentro, las historias de terror y a la limitación de acceso sólo a caminos y lugares seguros; sólo que de las diligencias de entonces donde todos tenían que cargar sables, puñales y pistolas, para intimidar a los posibles asaltantes (según testimonios única estrategia que funcionaba); ahora nos defiende la velocidad con que pueden correr nuestros vehículos, pero un tronco cruzado en el camino sigue produciendo los mismos efectos que en el siglo XIX.

            Y sí, la ciudad era un jardín, así la describió adecuadamente Malcolm Lowry en 1938 y así nos seguía pareciendo en los años 60 y 70 al menos; pero no ahora. Una urbe de cemento sucio, casas viejas en decadencia, jardines destruidos para hacer estacionamientos o edificios modernos feos e inútiles que se quedan vacíos porque se hacen con fines especulativos o porque el crimen organizado exige su derecho de piso. Esa ciudad, en la que no se sabe que haya vivido más que como visitante, será el nuevo feudo del futbolista que brilló con “el matador” Luis Hernández y “el Chivito” Arellano en Francia 88 y fuera otro ejemplo del exitoso self made man tepiteño liberado de privaciones y separado del mal camino gracias al deporte. Con su muy esperable estela de escándalos estelares con actrices de la televisión.

            Entrará esa mañana muy pronto por el soso portal del antiguo hotel Papagayo (que mejor ayuntamiento para una ciudad turística que un exhotel con todo y alberca), y será conducido con el mayor de los respetos y simpatía del personal de base a sus seguramente modernas y lujosas oficinas (nada menos podemos esperar dados los antecedentes de los priístas y panistas antecesores).


            Por la arquitectura tan cuadrada del lugar y hasta donde lo podemos imaginar, no será una oficina con vista hacia los bellos edificios coloniales del centro ni hacia los llanos y sierras del Sur del valle de Morelos, como se supone que toda casa u oficina de relumbre debieran tener si, como es el caso, en lugar del gran y hermoso jardín, sólo cuenta con la alberca y el patio de cemento convertido en estacionamiento.

            Y en la propia oficina o en el cuarto adjunto habrá una gran mesa donde se sentará a pensar en realizar todo lo que siempre planeó hacer con o sobre la ciudad…mmm…mmm…mmm…en alguno de los periódicos abandonados sobre la mesa un intelectual de esos molestos, que en manada, bola o no sé como calificar su multitud escogieron desde los años 60 como sede real la ciudad aunque finjan vivir en la capital donde realizan todas sus actividades públicas, seguramente publicará o declarará alguna referencia al Sancho Panza y su isla Barataria…

            Temo, como nos han enseñado a llamarlo en canal 13, permanecerá así hasta la llegada de alguien que no tocará la puerta y le dará la bienvenida como si fuera dueño del ayuntamiento y de algo más…y le informará cómo uno de los miembros de su equipo de campaña se convertirá en el Secretario del Ayuntamiento, y otros conocidos más serán miembros del cabildo, y otras personas que nunca había visto serán directores de las respectivas oficinas: obras públicas, catastro, agua, parques y jardines, cultura (¿existe una dirección de cultura en el ayuntamiento de Cuernavaca?), reglamentos, basura y hasta ecología. Todos estarán a sus órdenes aunque no importará eso porque todos ya saben cuál es su tarea y para no molestarlo se entenderán con el Secretario del Ayuntamiento. Mismo personaje que manejara en su presencia o ausencia las reuniones de cabildo y que además, será la única persona autorizada para darle documentos a firma, o mejor aún, ya tienen preparado el fascimil con la misma para no darle lata o interrumpirlo; porque seguramente estará muy ocupado y la mayor parte del tiempo fuera de la oficina…aunque con el calor habitual que hace de Acapatzingo para abajo, si quiere podrá quedarse en el aire acondicionado de su oficina, trabajar desde su casa o incluso cualquier otro lugar agradable que le parezca del estado, “afortunadamente somos tan chiquitos que de un grito nos llamamos desde el Tembembe hasta Izúcar…ja, ja,ja”. Pero la verdad es que te queremos tal y como has estado ahora, en la calle, abrazando y besando gente y tomándote fotos, te vamos a inventar cuanta inauguración o ceremonia sea posible…¿qué, sin traje?, pues claro, para que hace tanto calor acá, somos la pura primavera, con guayabera o como quieras, sólo cuando sea cosa oficial con el gobernador en palacio o Casa Morelos te pones el traje. La cosa es que te vea la gente que es tan felíz contigo, que te ungió hasta estos niveles…

                        Y llegarán más personajes con el cabello húmedo, ropa fina y muy perfumados, hombres y mujeres viejos y de mediana edad y hasta muy jóvenes en su papel de empresarios modernos. En Cuernavaca hay unas jóvenes empresarias realmente muy guapas, de eso no hay carencia. El de la palabra le aconsejara: tienes que aprenderte las caras y nombres de todas estas personas porque nos van a ayudar en todo y son de toda confianza. Temo no dejará de señalar que de algunos vio la cara en la publicidad de los otros partidos. Por supuesto, le responderán, pero eso fue en la contienda electoral, hoy volvemos a estar todos unidos y ser una familia interesada por el bienestar de Cuernavaca; y le presentarán uno a uno con nombre y apellido y hasta barrio o calle de residencia o fraccionamiento de propiedad, y por supuesto puesto público, notarías, jueces, también todo el poder jurídico. “¡Pero es cierto que es casi una sola familia, cómo se repiten los apellidos!”, se dará cuenta también. Pues claro -le explican-, eso facilita todas las cosas, sólo basta llamar a la persona adecuada, y jalando el hilo se viene la madeja y todo está arreglado, por eso es bueno que los conozcas. Como verás caíste en blandito, aquí todo está ya pero bien planchado.

            Y tal vez, con esa brusquedad con que se acostumbró a esconder su timidez de tepitense, comente: la gente me hablaba mucho de los robos a casa habitación, a todas, como si fuera una epidemia…No te preocupes que esa es bronca del Mando Único, un telefonazo a ese cuate que se trajo Graco de Tijuana y ya. Pero igual, ya te diré cuando, habrá que hablar de que para combatir la inseguridad compraremos mucho equipo moderno para la policía, mucha tecnología, cámaras de video en todas partes, así, hasta reproducir otro C4 dentro de la ciudad, les vamos a demostrar que vamos a invertir muchísimo dinero en seguridad. Insistirá: Me hablaban también de un basurero…no te preocupes, les pagamos la indemnización a los del PAN con un poco de endeudamiento y ya…ya veremos si reabrimos el negocio, pero eso me lo dejas a mí, igual que lo del libramiento Poniente. ¿Qué es eso?, preguntará confundido. Y le explicarán: “Mira, como se hace tanto congestionamiento para ir a Acapulco, se va a hacer un segundo piso al libramiento viejo, pero para quienes realmente quieran ir rápido y paguen por ello, les vamos a construir otra ruta directa desde Huitzilac hasta Miacatlán, pero sobre todo, eso que son ejidos desaprovechados donde ni siembran nada o nomás hay bosques, hacemos nuevos fraccionamientos y extendemos la ciudad para no estar aquí tan encerrados, campos de golf y toda la cosa, ya están hechos los planos…Pero algo me dijeron de un acuífero, señalará…No te preocupes ya está contemplado, tenemos una manifestación de impacto ambiental que nos salió en un ojo de la cara porque a como son caros esos biólogos, que su prestigio que no se qué, pero ya, la metemos a Semarnap y ya…Y..No, ya te dije que no te preocupes de nada, mira ya llegaron las muchachas, escoge cual va a ser tu secretaria…Pero los interrumpe una explosión de música tropical que viene desde el patio:

                                   “Me pico, me pico, me pico, en la nalguita, el camarón,

                                    Me pico, me pico, me pico, en la nalguita, el camarón.”

 

            Y las más aventada de las secretarias invitará al buen Temo a bajar al convivio que le prepararon los empleados. Pregunta: ¿Pero qué no es día hábil y hay que atender las oficinas, a los que lleguen a hacer trámites?. Y ya jalado por los brazos por dos muchachas le explican, “Ah, eso no tiene prisa nada va a cambiar por un día o dos que no les demos servicio, igual tendrán que regresar quieran o no quieran. Aquí ahora el que manda es usted.”