martes, 31 de agosto de 2010

¡Ya llegó Godzilla!

¡Ya llegó Godzilla!

Aquí están las imágenes del primer monstruo del fin del mundo tal y como lo soñaron los japoneses en la década de los 60s con sus espantosas películas antes de comenzar a hacer sus todavía más espantosas caricaturas tipo Dragonball, animé y manga; y por supuesto sus películas del Ojo, el Aro y toda esa terrorífica estupidez. ¡Y comenzó por Japón!, donde desde 2003 ya les inutiliza la mitad de la población de peces por muerte, envenenamiento o por pérdida de alimento, porque estos monstruos venenosos de dos metros y 200 kilos de peso, los pican y porque comen una piscina olímpica diaria de plancton cada uno.

Conocido en Japón como Echizen Kurage, y en inglés llamado Nomura Jellyfish, u nombre científico en Nemopilema Nomurai. Según la revista del amarillismo internacional pentagoniano y la geopolítica bushiana, National Geographic, los pescadores japoneses, mientras la mitad de la flota permanece inactiva por falta de peces, dedican la mayor parte de su tiempo a sacar del agua toneladas de estos animales que llegan a sumar millones, para matarlos. Para ello los suben a sus barcos y los despedazan y echan los pedazos al mar. Pero, ¡craso error! Este animal es perfectamente perverso en todos los sentidos de la palabra. Textualmente en el video de la muy puritana National Geographic dicen que “la muerte es su mayor éxtasis”, porque al morir liberan los huevos y el semen según se trate de especimenes femeninos o masculinos respectivamente, y al echar todo al mar otra vez, se reproducen muchísimos más que los que despedazan.
Pero lo terrible no para ahí. Los huevos se convierten en pólipos que viven asidos al fondo del mar, hasta que en un momento dado eclosionan en jóvenes y pequeñas medusas. Hasta hace poco no se sabía nada de porque eclosionaban estos pólipos, hasta que se descubrió que un cambio en la temperatura o en la composición del agua lo provoca. Un cambio generalizado en una amplia extensión del fondo marino provoca una eclosión masiva que genera las multitudes como las que invaden ahora los mares japoneses.

Y eso, no es todo. No se sabía de donde habían venido originalmente estos animales y por eso, como ven en la foto de arriba, les pusieron unos rastreadores satelitales, y encontraron que estas medusas vienen de donde viene todo ahora, de la sede actual de toda producción masiva. ¿No adivinan? ¡De China, por supuesto! Resultó que vienen de una amplia zona de “Aguas Muertas” que se encuentra justo frente a Shangai, en la desembocadura del Yang Tsé, por donde salen todos los desechos industriales y urbanos de esa parte de China. Ahora es claro que esa contaminación provocó cantidades multitudinarias de eclosiones simultáneas que siguieron las corrientes hacia las zonas pesqueras de Japón y donde aumentaron su reproducción por las matanzas defensivas realizadas por los pescadores y se asientan como pólipos en el fondo del mar esperando los cambios que provoquen a su vez en el mar, los desechos de la industria japonesa.

Así que tenemos al monstruo perfecto de las profecías escatológicas, a menos que se trate de un guión de un culebrón seudoecologista de National Geographic. En México ya hemos comenzado a tener algunos brotes de casos semejantes como el de los parásitos que atacan al ostión en el Golfo de México gracias a la contaminación petrolera, y la epidemia que esta acabando con los árboles urbanos del D.F. en estos últimos años. La historia acaba por supuesto, con la advertencia de la posibilidad de que estos animales se expandan por todos los mares del mundo dejándonos sin pescados marinos.
Y por supuesto se busca ya la adaptación: una página de Internet dice que se está intentando vender ya como comida para humanos y se promociona el colágeno de esta medusa como bueno para la piel.

Cartel de un restaurante que pone: sopa de medusa 250 yenes, yogur de medusa 150 yenes y medusa cruda 150 yenes.

Ver video:
http://www.youtube.com/watch?gl=ES&hl=es&v=HqfCm58SB6Y&feature=related

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