martes, 5 de diciembre de 2023

 Todos somos responsables.

Quizás la tragedia, lo inhumano, la debacle de la humanidad,
No sea el genocidio en sí mismo,
Genocidios ha habido muchos, pero siempre,
Ocurrían allá lejos, pero sobre todo, para la mayoría
De la población, hacía mucho tiempo,
Se enteraba cuando ya era historia, aunque también es cierto que
De eso está hecha la historia: de muchos genocidios.
Quizás la debacle de la humanidad, la tragedia consiste ahora
En que todo el mundo ahora está siendo testigo en directo
Y en vivo, en el momento de lo que ocurre,
Y viendo las imágenes de lo que está sucediendo,
Nada cambié, ninguna vida fuera de la zona del horror
Se modifique. Aunque los medios se saturen.
No pasa nada, los millones están más interesados en seguir su rutina,
En seguir siendo meros espectadores “de la historia”.
Incapaces de sobrevivir a algo más que a su propia vida.
Espectadores solamente, también de la misma,
Regida por mandatos abstractos como los algoritmos.
Lo inhumano quizás sea que los aviones sigan volando,
Que las calles siguen congestionadas, que los trenes circulan,
Que no cierran los cines, no se cancelan las funciones de teatro
Ni los conciertos, ni hacen huelga las escuelas y los sindicatos,
No se clausuran los edificios públicos, no se detiene nada.
Ya Auden pedía que se pararan los relojes...
Que siguen, inertes e inconmovibles, ciegos y sordos,
como las máquinas que son, gobernando las vidas de quienes no están muriendo
De muerte, de terror, de violencia: los que están afuera. Los que desvían la mirada.

A pesar de toda la fingida indiferencia, nada será como antes,
No podremos aducir desconocimiento, todos somos responsables.

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