lunes, 20 de febrero de 2017








La gente que cuestiona la utilidad del conocimiento abstracto (filosofía, ética, etc), no pone en duda dicho conocimiento (como está convencido de hacer), sino que sólo demuestra haber perdido la capacidad de pensar más allá de lo que su vida material le impone. Es decir, que contra lo que supone, ha perdido la parte propia de la voluntad, y su voluntad (que cree materializar y demostrar obteniendo cosas y reconocimientos) es en realidad su forma de ser un instrumento de otras voluntades que no puede imaginar.

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