jueves, 14 de enero de 2010

Enfriamiento o Calentamiento Global


Ahora que el fuerte invierno de 2009-2010 cubre a todo el norte del hemisferio de nieve, heladas e inundaciones con grados de frío desusuales incluso en zonas templadas y hasta tropicales la gente se pregunta que pasó con el problema del calentamiento global y quienes hacen campaña contra tal teoría (básicamente las empresas petroleras a través de sus voceros políticos y científicos), que llegaron a presentar antes de la realización de la conferencia de Copenhague evidencia de que los científicos cargan los dados para obtener recursos para investigar, están saliendo a decir que ahí está la prueba de que el calentamiento global es un mito de los extremistas y violentos ecologistas que llegan al grado de hacerse golpear y encarcelar por la benevolente y delicada policía danesa.
A la gente le resulta fácil creer esto y le resulta difícil entender que la teoría del cambio climático, más conocida como calentamiento global, precisamente predijo que se van a generar supertormentas, como la que abarcó la mitad de Estados Unidos y Canadá a principios de diciembre, y que habría inviernos más fríos y en general comportamientos más extremosos hasta que se rompan definitivamente los delicados equilibrios que sostenían el clima tal como lo ha conocido la humanidad en su historia más reciente, o sea por los últimos 10 mil años. La dificultad es la misma que hace que la gente piense que los dinosaurios fue una especie fracasada porque “se extinguieron”, cuando fueron la especie dominante en el planeta por 60 millones de años, mientras la historia de los homínidos apenas tiene cuando mucho 4 millones, y la historia humana apenas quizás 10 mil años. Es la misma traba mental que impide entender como la realización de teletones y campañas de caridad terminan siendo grandes negocios en lo económico y lo político para las iglesias y las empresas; y que ante todo buscan hacer que nada cambie: que los fregados se mantengan así siempre y que los “capaces”, los privilegiados sean los mismos generando agradecimiento y vínculos de dependencia permanentes. La misma traba que impide pensar que siempre las zonas ricas, o las grandes empresas como Banco Azteca o Wall Mart hacen negocio y obtienen ganancias de las zonas y gentes más pobres. O finalmente es lo que le impide a la gente pensar que ni Vicente Fox o Felipe Calderón son estúpidos o que han fracasado en su misión de resolver los problemas del país, en lugar de ver que eso nunca fue su objetivo. Y más en general, lo que impide ver que normalmente el objetivo de los gobiernos y los estados no es generar igualdad y satisfacer la necesidad de sus ciudadanos sino mantener en el poder al mismo grupo de propietarios o funcionarios y sobre todo contener a la población en general, a las multitudes, para lo cual generaron el concepto racista y discriminador de “la masa”. Eso y las historias escritas desde arriba como relatos lineales teleológicos (que siguen un objetivo de más y mejor) o escatológicos (ya viene el fin del mundo) es lo que impide entender que si a mediados del siglo XX se habló de derechos humanos universales como el derecho a la libre expresión, y sobre todo los derechos sociales, el derecho a la alimentación, a la salud, a la libre asociación, a un salario digno, a una jornada de trabajo, al voto femenino, a una jubilación y pensión digna, fue porque las masas lucharon desde el siglo XX por ello y se lo impusieron violentamente a los estados y gobiernos mediante rebeliones tanto violentas como pacíficas, mediante la resistencia o mediante la revolución, pero siempre mediante la lucha política organizada.
En resumen, la gran traba que facilita la manipulación que facilita los abusos tanto de organizaciones trasnacionales, gobiernos nacionales y hasta los gobiernos municipales y las dictaduras familiares intramuros es el imperio de una lógica lineal como única forma de pensar y entender al mundo. El corazón del sistema que permite la imposición de una forma de ver al mundo al revés de cómo funciona, donde los abusivos aparecen como los salvadores, y los violadores y saqueadores aparecen como indispensables está en impedir a la gente desarrollar formas de comprensión de la realidad que le impiden ver que la realidad y por supuesto todos los procesos sociales son complejos y básicamente fruto de encuentros entre lógicas, impulsos, fuerzas, dinámicas contrapuestas que en ciertos momentos dados, llamados coyunturas, pueden decantarse o decidirse hacia un lado o hacia otro, y que todo hecho natural y social es fruto de procesos pendulares de cambio y oscilación donde una cosa puede alimentar o terminar resultando lo contrario, y que la incomprensión de esto puede resultar en un actuar contra las propias necesidades del interesado.
Un ejemplo muy patente de esto, es que ahora, sobre todo las personas menores de 35 años han olvidado o ya no entiende que cosa es el inconsciente, no creen que alguien puede hacer algo distinto a lo que dice o incluso a lo que siente o a lo que piensa, que puede entrar en contradicción con sus propios intereses a mediano o largo plazo, y sobre todo creen que alguien es lo que dice. Incluso en la investigación social, la popular, la de los medios de comunicación e incluso la científica todo se reduce hoy a la opinión. Todo es ahora lo que la gente opina, y no se entiende que esa opinión o voluntad manifiesta puede estar construida por la manipulación de la información y la educación o formación que esa persona ha recibido, y que por lo tanto, la gente puede estar preocupada por la caída del volumen de acciones negociados en la bolsa de valores (eso es lo que ocurre en una caída de la bolsa), sabiendo que si cae la bolsa se lo van a cobrar con inflación y más impuestos y menos trabajo, y no se pregunta el porque de cuando la bolsa sube no baja la inflación ni los impuestos ni mejora el trabajo. Y de hecho el impulso de esta ideología a través sobre todo de los noticieros que nos dicen que la economía va mal cuando bajan las ganancias de los propietarios y que va bien cuando éstas suben sin importar la suerte de los consumidores y los productores, fue la que permitió que ahora sí, por la vía de los hechos, por la “bursatilización” de no sólo la economía, sino incluso de la vida, todos dependamos directamente de la bolsa. Un ejemplo muy claro es el de la individualización de las pensiones, donde ahora todos tenemos que ceder nuestras pensiones a una empresa financiera que las ponga “a jugar” en la bolsa, y que ahora pueden perderse –como ocurrió en 2009- si la bolsa baja. Es decir, que antes las pensiones eran un derecho y su cantidad dependía de un postpago del valor, de la riqueza que habíamos producido, de los servicios que habíamos prestado a lo largo de 30 años anteriores. Ahora, ya no es un derecho, todo lo anterior que hayamos hecho no importa, y no es más que un servicio que nos prestan estas compañías financieras. Y luego entonces, ahora sí, estamos preocupados por la suerte de estos financieros, y estamos dispuestos a defender sus inversiones aunque apoyen a empresas energéticas, mineras, pesqueras, etc. que generen más contaminación y calentamiento global; o que sigan políticas que generen más desempleo o esclavitud en el tercer mundo. Es la trampa, por ejemplo, en la que han caído los combativos e incluso socialistas sindicatos de los países nórdicos, que con tal se lograr cobrar sus pensiones terminan, quizás incluso sin saberlo (el inconsciente), pero por vía de los hechos, apoyando las empresas menos éticas y más destructivas del mundo y generando globalmente muchas injusticias locales.

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