sábado, 17 de febrero de 2024

El back lot de los Churubusco y Sasha.

 

Hace años, los vecinos de las colonias circundantes sabíamos que el acceso al back lot de los estudios Churubusco era sencillísimo. Una barda relativamente baja y nada de vigilancia. Estaba donde ahora está la Cineteca Nacional de las Artes. De adolescentes nos metíamos a jugar en la selva de Chanoc (Andrés García) y de Tarzán (Ron Ely) y en el pueblo de vaqueros donde Hugo Stiglietz era la versión mexicana de Clint Eastwood. Cuando nos cansábamos de jugar ya nos la sabíamos: caminábamos hacia los estudios hasta encontrar a uno de los policías que nos regañaban y sacaban hacia la puerta principal jalándonos de las patillas, pero en el camino encontrábamos a las estrellas de entonces del cine nacional que siempre pedían que nos trataran bien y eran muy amables. En una de esas una pareja pasó en un convertible rojo y la muchacha le pidió al tipo que se detuviera: eran Alma Muriel y Hugo Stieglitz. Ella hizo lo de siempre, interceder por nosotros ante los policías. Uno de los amigos era sobrino de uno de los más conocidos cinefotógrafos. Entonces mencionábamos su nombre y nos invitaban al foro donde estuviera filmando. En una de esas visitas el tío nos presentó a Sasha Montenegro y aunque estaba rodeada de otras actrices más jóvenes, todas ataviadas para su escena de cabaret mientras ensayaba la orquesta de Pepe Arévalo y sus mulatos, destacaba sobradamente sobre las otras. Nos sorprendió mucho su paciencia y amabilidad y el interés que mostró por preguntarnos a que nos dedicábamos y recomendarnos que nunca nos dedicáramos a la actuación o al cine porque en realidad era un oficio "muy ingrato". Lalo el Mimo se reía mucho de lo que decía y nos dio una buena albureada de arriba a abajo mientras esperaban para "el llamado", cuando ya nos pidieron que nos retiráramos

                                                El pueblo vaquero de los estudios Churubusco.



No hay comentarios:

Publicar un comentario