Miro la luna en el jardín Borda a través de los perfiles de troncos secos,
Enorme y amarilla luna de calor de verano entre densas nubes cargadas que solo amenazan con su humedad
Y recuerdo cómo representaban los mayas a la luna como una mujer de pechos muertos con las trenzas enredadas en su propio cuello y colgando en una rama de un árbol no dibujado.
Y casi invoco o conjuro:
Obscura madre, protégeme de la sin razón y el desaliento, del contagio de quienes sin voluntad me rodean con sus inocuos y vacíos vaivenes.
Dame fuerza para seguir luchando, para morir en la batalla y no meramente persistir sin ánimo ni interés como todos los que conformes miran sin entender y se adaptan en lugar de chocar y bramar.
Dame ánimos, que no olvide por sobrevivir, que solo estoy vivo para luchar
Aunque todos me olviden e ignoren,
Que mi fuerza es precisamente esta clara, precisa y lúcida soledad.
Señora Ix Tab, por los ominosos lunares de tus pechos.
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